Pobre e insana Cuba

Quienes en nuestra juventud saludamos entusiasmados la revolución cubana nos indignamos y luchamos después al verla convertida en la mayor prisión latinoamericana, mucho antes de que, por ejemplo, Saramago la repudiara también cuando el inFidel Castro fusiló a quienes secuestraron un barco, sin víctimas, para huir de él. Nuestra lucha por su libertad de su pueblo nos obliga a manifestar nuestro repudio cuando constatamos que todavía hoy hay en España cómplices de sus tiranos que siguen aplaudiéndolos en el aniversario de su corrupta revolución, el 26 de julio. Más aún, si cabe, este año, cuando intentan tapar su dictadura alabando otra de sus execrables hazañas: su envío a algunos países, como propaganda, de médicos-esclavos, obligados a hacerlo, dejando familiares como rehenes en la isla y a quienes roban el 80 o 90% de su paga, espiándolos de cerca para que no puedan decir la verdad. ¡Qué miserables son también esos cómplices aquí de esos esclavistas de sus mismos paisanos!

M.G. Jorba Obiols. Málaga