Hace muchos años que como docente me vengo planteando la necesidad y gran utilidad de un sanitario/a en las escuelas e institutos en los que he impartido clases y sigo haciéndolo.

En primer lugar y en los momentos tan delicados del coronavirus en los que nos encontramos sería un papel fundamental el que desempeñarían en la prevención y detección de casos de contagios de Covid-19 en nuestros centros educativos.

Por otro lado y durante todo el curso escolar podrían servir para socorrer cualquier caso de accidente o enfermedad de nuestro alumnado en todo momento del desarrollo de la jornada escolar y no habría que esperar a que viniese una ambulancia y por tanto acortar los tiempos de atención inmediata al paciente.

También tendrían una utilidad incuestionable en el asesoramiento a padres y madres, profesores y profesoras y alumnos y alumnas en temas de salud y de prevención de muchas enfermedades, osea podrían ser asesores de sanidad en los centros de educación.

Y no olvidemos que los sanitarios podrían dar conferencias a todos los niveles educativos sobre temas de salud y cuestiones que los estudiantes pudieran plantear acerca de todo tipo de temas relacionados con enfermedades e higiene para su atención efectiva y positiva.

El sanitario escolar se encargaría de organizar un botiquín verdaderamente completo y preparado para cualquier emergencia que pudiera acontecer en el entorno educativo, recreos, gimnasio, clases de educación física, pasillos escaleras o cualquier dependencia de los centros educativos.

Recordemos que esta figura ya existe en otros países de nuestro entorno y del mundo y da una mayor seguridad al alumnado, profesorado y familias.

En definitiva, el papel del sanitario escolar podría ser diverso y multidisciplinar y ofrecer un apoyo y ayuda específica a toda la comunidad educativa.

Jesús Miguel Relinque Mota

Profesor de Málaga