En su charla con Bertín Osborne Concha Velasco ha repasado su vida. Yo tenía 13 años cuando la conocí (en la pantalla, claro) en Las chicas de la Cruz Roja, donde competía con tres bellezones (Katia Loritz, Luz Marquez, Mabel Karr), pero a fuerza de arrolladora simpatía natural -y su pareja en la historia que le tocaba, claro, nada menos que Toni Leblanc- se hacía con el pastel y le quitaba almíbar. Su paso por etapas infumables del cine español no apagó esa primera seducción. Luego se revelaría gigantesca actriz de teatro. Pero no está aquí por eso, sino porque su tránsito del franquismo a la democracia, y dentro de esta al felipismo, hecho con tanta sinceridad como naturalidad (me recuerda a mi madre), es el de millones de españoles, y esta dimensión mainstream del cambio -clave para que, pese a tan malos antecedentes, fuera casi en paz- es ya también memoria histórica.