BG buscaba un futuro mejor. Por eso dejó Argelia y se embarcó en una patera hacia España adonde llegó el 17 de noviembre de 2017. Quería reunirse con su tío en Francia, pero acabó encerrado en la cárcel de Archidona, habilitada como Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) para 572 personas migrantes. Tenía 17 años. Como él, al menos once menores argelinos acabaron entre los muros del que fue un auténtico agujero negro de los derechos humanos.

Tres años más tarde, el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas ha dado la razón a una denuncia interpuesta por Málaga Acoge, como entidad federada de Andalucía Acoge, considerando que en el caso de este joven hubo violación de cuatro artículos de la Convención de los Derechos del Niño.

B.G. fue ingresado en una celda de la cárcel de Archidona pese a manifestar que tenía 17 años y presentar un acta de nacimiento para acreditarlo, después de que una radiografía de su muñeca izquierda determinara que tenía 19 años.

El joven tenía mucho miedo y se preguntaba por qué le habían retenido. Lo recuerda bien Emlajut Majlul, voluntaria de Málaga Acoge en Antequera e intérprete de nuestro equipo jurídico en las visitas a la cárcel, en donde se les separaba de los internos con una mampara de cristal. Se acuerda de la impotencia, la tristeza y la rabia de ver cómo trataban a los menores como a presos que han cometido un delito, y cómo contaban que pasaban frío y hambre a falta de todo lo necesario y básico en unas instalaciones indignas.

En su dictamen, el organismo de las Naciones Unidas también reprueba a España su forma de proceder con los menores extranjeros no acompañados y la falta de garantías necesarias en el sistema existente para determinar si son mayores o menores de edad.

La resolución del Comité viene a confirmar todas y cada una de las reivindicaciones que hizo nuestro equipo jurídico tanto en el juzgado de primera instancia de Archidona como ante el Defensor del Pueblo, denunciando que no se había garantizado la protección y los derechos de los menores extranjeros no acompañados en nuestro país.

El organismo internacional advierte de que no se le asignó a B.G. un representante legal y que el proceso de determinación de la edad no contó con las garantías necesarias. Asimismo, dictamina que hubo violación de la Convención al ingresarlo como adulto en el CIE de Archidona y se le atribuyó la mayoría de edad sin impugnar el acta de nacimiento que indicaba que era menor.

Esta resolución supone todo un varapalo para el ordenamiento jurídico español, un tirón de orejas al Estado, que cuenta ahora con un plazo de 180 días para adoptar medidas y corregir su forma de proceder con los menores no acompañados con el fin de evitar que se cometan vulneraciones de derechos similares en el futuro.

En su informe "Cárcel de Archidona: un agujero negro de los derechos humanos", la Plataforma de Solidaridad con los y las Inmigrantes de Málaga, a la que pertenece Málaga Acoge, recalca las deficiencias gravísimas y vulneraciones de los derechos humanos que se dieron del 20 de noviembre al 10 de enero de 2017 en la cárcel de Archidona.

B.G. era huérfano de madre y su padre vio en el viaje a Europa una oportunidad para que su hijo construyese un futuro y pudiese ayudar a la familia. De ahí que le dijera a Emlajut, sin entender nunca el porqué de su encierro, que no venía a hacer daño a nadie sino a buscarse la vida. Cruzó el mar con miedo en una peligrosa travesía de la que no sabía si saldría vivo y, después de llegar a nuestras costas, le internaron con personas adultas en una cárcel en la que hubo tratos vejatorios . Allí, el miedo se le multiplicó por tres. Emlajut recuerda que en las visitas llegaba en chanclas, en pleno diciembre, con las manos cogidas atrás, flanqueado por policías antidisturbios vestidos de negro.

El trabajo de nuestro equipo jurídico dio frutos y tras suspenderse su devolución a Argelia, el 5 de enero de 2018 fue documentado como menor de edad en un salvoconducto por las autoridades del Consulado de Argelia en Alicante. Tres días más tarde se le trasladó a un centro de menores donde permaneció un tiempo antes de viajar junto a su tío a Francia, donde hoy vive.