Esta semana nos ha sorprendido a todos la noticia de la destitución de Djordjevic, entrenador de la Virtus de Bolonia. El equipo italiano es quizás el principal rival del Unicaja para conquistar esta temporada la Eurocup. Bueno, o mejor pordemos hablar de la no destitución. Pongámonos en antecedentes...

La Virtus es uno de los clubes con más historia en Italia, campeón de Euroleague en dos ocasiones a finales de los 90 y principio del nuevo siglo XXI. Después de estos dos logros desapareció del mapa del baloncesto europeo, un poco como le pasó a todo el baloncesto italiano, uno de los países dominantes en Europa que pasó por un profunda crisis.

Pues bien, desde hace dos temporadas el nuevo propietario de este histórico del baloncesto está haciendo una tremenda inversión en el equipo para llevarlo nuevamente a lo más alto en Europa. La temporada pasada incorporaron al equipo jugadores como Milos Teodosic, el exjugador de Unicaja Stefan Markovic o Kyle Weems, todos ellos dirigidos desde el banquillo por Djordjevic. El único obstáculo para que no conquistaran la Eurocup la temporada pasada y disputaran este año la Euroleague, posiblemente fue el COVID.

Pero esta nueva temporada, y manteniendo como objetivo prioritario ganar la Eurocup como puente para ser equipo Euroleague, no solo han mantenido a los magníficos jugadores que ya tenían la temporada pasada, sino que, además, han reclutado a Josh Adams (otro exUnicaja). Esta temporada vuelven a ser claramente los favoritos para ganar la Eurocup.

Pero no siendo suficientes todos estos nombres de primerísimo nivel, hace unos días llegaron a un acuerdo con Marco Belinelli, que dejaba la NBA para incorporarse al equipo italiano. Y ahí comenzó el desencuentro que condujo a la destitución de Djordjevic.

Resulta que el entrenador serbio no contó con Belinelli en el primer partido de liga italiana para el que estaba ya disponible. A esta decisión del entrenador se sumó que fue expulsado por los árbitros en el primer cuarto del partido. Y concluyó con una derrota de la Virtus, que no va tan bien en su liga doméstica como en la Eurocup, competición en la que nadie ha sido capaz de derrotarla todavía.

Tras esta derrota, los dirigentes del club italiano tomaron la decisión de destituir a Djordjevic. No sé si esta decisión tan sorprendente fue fruto de un calentón por la suma de factores que se unieron en ese último partido. Y digo esto porque a las 24 horas, la dirección deportiva de la Virtus anunciaba que Djordjevic se incorporaba nuevamente al equipo para seguir al frente del banquillo.

Muy probablemente en esas 24 horas dos circunstancias fueron claves. La primera, comprobar que los jugadores principales del equipo (alguno se pronunció hasta públicamente) mostraron su apoyo al entrenador. La segunda, más importante incluso que la primera, supongo que se produciría una reunión de los dirigentes del club y el entrenador para que este último pudiera dar sus explicaciones y el porqué de todo lo sucedido.

Djordjevic pasó en 24 horas de estar fuera del equipo oficialmente a ser ratificado en su puesto, también oficialmente, un hecho al que no estamos acostumbrados. Esto es una demostración clara de que decisiones de este tipo, o de cualquier índole, no se pueden tomar en caliente. Antes de tomar cualquier tipo de decisión se debe pensar detenidamente lo que vas a hacer. Tampoco esta de más dejar que se puedan explicar las personas a las que pueden afectar esa decisión.

Y, por supuesto, los dirigentes del club transalpino hicieron caso a ese dicho que dice que rectificar es de sabios. Además, hacerlo públicamente y tragándose el orgullo le da más valor a esa rectificación. Ahora, Djordjevic no debe relajarse mucho porque si ya ha sido destituido una vez...