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Resacón en Badalona

La celebración de la Copa del Rey de Unicaja.

La celebración de la Copa del Rey de Unicaja. / ACBMedia

Francis Tomé

Francis Tomé

Ya pasó una semana de la enorme gesta que consiguió el Unicaja. Y digo enorme porque ganar una Copa del Rey ya es un logro impresionante y nada fácil de conseguir. Pero es que el camino que tuvo que recorrer nuestro equipo hace este título mucho más importante por su dificultad. Nadie venció consecutivamente a Barça y Real Madrid. Y cuando digo nadie es que quiero decir nunca jamás, ni en Copa ni en play off ni en Euroleague. Solo esto, ganar el jueves al Barça y el sábado al Real Madrid, debería considerarse un título, como mi amigo Pedro Ramírez me dijo después de que Unicaja consiguiera el pase a la final.

Llevarte todos los elogios del baloncesto europeo por imponerte consecutivamente a dos de los equipos favoritos para disputar esta temporada la Final Four y no rematarlo perdiendo contra Tenerife hubiese dejado un poco de amargor en el paladar de la afición de Unicaja, aunque estoy seguro de que no hubiese cambiado el sentimiento de orgullo por su equipo. Pero este Unicaja no es así, es un equipo distinto. En la final se le vio más cansado, defendió mejor el bloqueo directo entre Shermadini y sus bases, minimizando la producción en esta situación pero cayó en la trampa de ir a la canasta y culminar ante la defensa muy cerrada que planteó Vidorreta, el entrenador del equipo isleño. Tuvimos el partido claramente perdido en el minuto 5 del tercer cuarto, pero fue entonces cuando el equipo se desató, se quitó la careta y encontró su ritmo siendo más valientes jugando a campo abierto y asumiendo los tiros de 3 que se generaban. Y apareció Carter. Y cuando se unen todas estas cosas pues pasa que el equipo es capaz de remontar el partido, de ponerse por encima y de no dejar abierto ni un solo resquicio a Tenerife para que pudiera pensar en ganar la final. De esta manera se consiguió el título de verdad, el que se puede guardar en las vitrinas. El otro, el de ganar a los dos grandes, quedará solo para la historia. Esperemos que no se olvide con el paso de los años porque no será nada fácil que alguien lo repita. Lo mismo no se vuelve a repetir.

¿Y ahora qué? Pues ahora a disfrutar. ¿Os parece poco? Sigo pensando que Unicaja tiene muchas posibilidades en la BCL. Esas posibilidades pueden aumentar si, como parece, hay opciones de que la Final Four se dispute en Málaga. Sinceramente es en esta BCL donde de verdad pensaba que podía lograr un título nuestro equipo. Pero, si ya no había una gran presión por conseguir un título, imagínate ahora. Todo lo que haga nuestro equipo va a estar genial. Vamos, si a Ibon se le ocurre jugar con cuatro en algún partido seguro que va a estar bien visto por la grada. No hay ninguna presión y sí máximo agradecimiento. Aunque me da a mí que ellos también tienen marcada en el calendario esa Final Four europea.

Ahora se abre otro campeonato también complicado de jugar. Retener a todos los jugadores de la plantilla que se ha confeccionado este año no va a ser fácil. Y muy pronto han empezado ya con los rumores. Estos días ya se habla de la oferta del Real Madrid por Alberto Díaz. Y ya os digo que sólo será el primero, que pronto vendrán algunas noticias más parecidas con otros jugadores. Seguro que a la entidad financiera le tocará rascarse el bolsillo si quiere mantener el bloque del equipo y entiendo que renovar a Alberto Diaz, capitán y malagueño, será prioritario y donde más fuerte hay que apostar porque me resulta imposible encontrar otro como él en la cancha y que, además, sea el ejemplo a seguir para toda la cantera, no solo del Unicaja, sino de todos los clubes de baloncesto que hay en Málaga y la provincia.

Sin duda tiene enorme mérito el equipo que han construido Juanma Rodríguez, López Nieto e Ibon. Un mérito no exento de cierta suerte porque, igual que no es nada fácil cambiar el equipo por completo incorporando a 10 jugadores nuevos, que todos encajen como han encajado y la química que se percibe desde fuera viéndolos jugar y comportarse como equipo sí que tiene que ver un poco con la suerte.

Pero insisto como otras veces ya he comentado en este espacio, independientemente de esta Copa del Rey o la sangre que huele el equipo en la BCL, el mayor logro que ha conseguido este equipo es devolver la ilusión a la afición del baloncesto en Málaga, que se vuelva a ver el Carpena lleno dando igual el rival que nos visite, que se llene hasta los miércoles porque también la afición huele la misma sangre en la competición europea y quiere ayudar a su equipo. Y todo ello en un tiempo récord. Esto es lo asombroso, construir tanto tan bueno en tan poco tiempo.

Por esto sí que hay que dar las gracias todos los días al equipo, porque están devolviendo a Unicaja al puesto en el baloncesto nacional que nunca dejó de perder. Recuperarlo parecía un trabajo de varios años pero este nuevo Unicaja ha conseguido recuperarlo en pocos meses. Ese es el camino para volver a codearse con los grandes de Europa nuevamente. No sé si esto será un sueño, pero bueno, soñemos mientras disfrutamos de ser el equipo más envidiado de la ACB.