El ojo crítico

Fachosfera

Fernando Ull Barbat

Fernando Ull Barbat

Hay que reconocer que el término fachosfera, pronunciado por el presidente del Gobierno hace unos días en una entrevista a un medio de comunicación, es un alarde de lirismo y exactitud lingüística. Esta palabra, que fue por primera vez utilizada hace unos años en las tertulias políticas de Francia, recogió por un lado las conspiranoias del trumpismo más profundo y, por otra parte, todo esos grupúsculos de creadores de noticias falsas que tanto abundan en internet que son expertos en propagar bulos y alertar a los cuatro vientos sobre un inminente fin de la Europa blanca y cristiana que ellos desearían por culpa de la izquierda política y de los inmigrantes.

En España la fachosfera ha tenido un desarrollo exponencial desde la llegada a la presidencia de Pedro Sánchez. Y el motivo principal ha sido la estupefacción que los sucesivos Gobiernos de izquierda han provocado en la derecha política, mediática y empresarial en España. Contra todo pronóstico, los votantes españoles se ha empeñado elección general tras elección general en propiciar la victoria de la izquierda dejando noqueada a la derecha española y a todos los que la apoyan. Esta fachosfera ha extendido un manto de mentiras y tergiversaciones que se han ido adueñando poco a poco del debate político español tratando con ello de que se olvide la España real. Una España a la que le da igual que Puigdemont y cien personas más no sean juzgadas si con ello se consigue la paz social en Cataluña, una región española que durante los últimos diez años anteriores a la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa fue un continuo foco de conflictos sociales y políticos, un desastre que tuvo su culminación en la fallida declaración de independencia y en los gravísimos disturbios que se produjeron en los meses posteriores. La Ley de Amnistía y el empecinamiento del PSOE en conseguir que «el problema catalán» deje de serlo, tienen como intención que la sociedad española deje atrás crisis políticas periódicas que sólo generan pérdidas de tiempo y enfrentar a unos catalanes con otros.

En cualquier caso la derecha política y económica española debería estar agradecida al empeño, repito, del Gobierno por conseguir de manera definitiva la incardinación de la mitad de la población catalana con deseos irrealizables independentistas en el proyecto común España que a su vez está constituido por tantas sensibilidades territoriales como partidos políticos hay en el Congreso de los Diputados. Y al mismo tiempo en el sueño de varias generaciones de conseguir una Europa fuerte y unida que se constituya como un oasis de los derechos humanos y las libertades de pensamiento y obra individuales en un mundo cada vez más debilitado por culpa de los nacionalismos patrióticos, extremismos religiosos y ridículas teorías conspiranoicas. Perdiendo el tiempo hablando de una amnistía el Partido Popular evita pronunciarse sobre, por ejemplo, el PIB del año 2023 que con un incremento del 2,5% el buen funcionamiento de la economía española ha vuelto a dejar en ridículo a todos esos cenizos que desde la derecha mediática española y desde agencias económicas dirigidas por economistas afines al PP ya no saben qué hacer para que la economía se ralentice. Ni siquiera a base de emitir designios catastrofistas todos los días han logrado convencer a los españoles de que deben meterse en una cueva. Por no hablar de los 85 millones de visitantes extranjeros que nuestro país recibió el año pasado con los brazos abiertos a pesar de esa minoría antiturista cascarrabias que no soporta tener que mezclarse con gente de fuera de su barrio.

Los problemas que Junts aduce todos los días para no aprobar la Ley de Amnistía y sus veladas amenazas de boicotear la acción del Gobierno en materia legislativa en la presente legislatura, lejos de reforzarlos les debilita todos los días de cara a las próximas elecciones catalanas e incluso unas generales. Las medidas sociales que el Gobierno de coalición ha aprobado en los últimos años también han beneficiado a votantes de Junts que podrían no entender la cerrazón de los dirigentes de Junts en boicotear a un Gobierno de clara labor social que siguen pensando que siete diputados en el Congreso de los Diputados tienen la misma solidez que las mayorías absolutas que obtenía Jordi Pujol en Cataluña o los 16 diputados que obtuvo la CiU de Durán i Lleida en el año 2011.

Como tampoco tiene el PP muchas ganar de hablar sobre los 783.000 empleos que se crearon en España en el año 2023 reduciéndose la tasa de paro al 11,7%. Una vez más los agoreros y los ayatolás del ultraliberalismo han fallado en sus negativas previsiones. Imagino que todos los partidarios de las teorías conspiranoicas, los que desean año tras año al comerse las uvas en nochevieja que España entre en quiebra para poder decir ya lo dije, los que sueñan con que España se rompa en varios mini Estados que entren en guerra entre sí, no deben estar pasan un buen momento a tenor de los datos positivos que se conocen casi a diario. Les deseo a todos una pronta recuperación.

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