Tras el quinario

Tras vadear el quinario promovido por el presidente del Gobierno con el plan de reflexionar sobre el futuro- suspicazmente el propio, el de su esposa-, en el transcurso del mismo la incertidumbre, la inquietud y la sospecha se han intensificado entre los mentideros de todos los ámbitos: políticos, sociales, económicos, culturales… Cinco días de introspección tramados con una respuesta premeditada para comunicar a todo un país expectante una decisión ya prevista: me voy para quedarme. Ante esta coyuntura que deja al surrealismo en una pincelada naíf, la conmoción del incierto sino se vio atemperada por la victoria del Unicaja convertidos en campeones de Europa. Modelo de denodado trabajo, humildad y perseverancia hacia el éxito; virtudes éstas las cuales deben de anotar y adoptar nuestros próceres en sus cuadernos de bitácora con la prioritaria finalidad de proceder para defender el interés del bien común; esto es, la sociedad en su conjunto.

Hablando de labrar caminos que nos lleven hacia el auge y el sosiego; hoy, jornada festiva no sustituible, se celebra el Día Internacional del Trabajador con la mirada puesta en un presente veleidoso y arbitrario; considerando que sin trabajo nada prospera, la labor del productor es la base del progreso, consolida el destino, se constituye en salvaguardia contra la adversidad, proyecta las aspiraciones en existencias. Es un derecho fundamental para alcanzar la igualdad de oportunidades, vía de autorrealización para construir una colectividad justa y símbolo de la dignidad humana. Cada tarea es un resplandor de nobleza, una huella hacia la regeneración del orbe. Estela como la que nos dejan los libros, que festejan la 53 Feria ubicada de nuevo, tras varios años, en su localización singular, El Paseo del Parque. Buena cita en esta data de descanso para encontrarnos y departir con ellos; con libreros, escritores y editores. Los libros, esos aliados que nunca defraudan.