El dolor siempre es una experiencia desagradable, ya sea física o psíquica, pero lo que yo os voy a contar ahora rompe todos los esquemas de lo que anteriormente he dicho. Alguna vez, uno siente en algún momento de su vida algún tipo de dolor, más o menos fuerte, pero lo siente. Pero yo tengo que decir, que hay un momento del año, en el cual yo no siento dolor. Ese momento es cuando estoy bajo un varal, o mejor dicho, paseando a Él por las calles de Málaga, ya pueda soportar el peso repartido de 3000 Kilos o lo que me echen a la espalda.

Pero jamás, uno siente dolor cuando sabe que gracias a su granito de arena aportado, Él se está luciendo por las callejuelas más insólitas de nuestra ciudad. En ese momento no hay dolor en el hombro, solo hay felicidad y fe en Él.