Con quince años de carretera y conciertos a sus espaldas, Sidecars llegará hoy al Teatro Cervantes (apenas unas decenas de entradas por vender) dentro de la gira de despedida de su disco Cuestión de gravedad, centrada en teatros. Juancho es la voz y guitarra de la banda y también el que ha puesto su alma al disco, escribiendo todas sus canciones, que están centradas en una reciente historia de desamor en tierras gallegas.

Sidecars comenzó su andadura musical en 2008, cuando debutaron con su disco homónimo. Desde entonces se han convertido en la banda madrileña pop-rock por excelencia, aunque en la estela de ese pop español de recorrido fluido y costuras invisibles pero firmes. En esta gira, la banda madrileña compuesta por el solista y guitarrista Juancho; Gerbas, al bajo, y Ruly a la batería, le da «una nueva vuelta de tuerca» a las canciones de este disco (que retrata los distintos momentos emocionales de una ruptura: la tristeza, junto al lirismo decaído consustancial a ella, se viste de luz y belleza), con un repertorio y una puesta en escena modeladas para la ocasión.

Juancho y los suyos viven uno de sus mejores momentos. ¿Cuál ha sido la clave de su éxito? «La constancia. Hemos trabajado duro durante muchos años visitando ciudades una y otra vez aunque no saliesen las cuentas y aunque a veces fuésemos más gente arriba que abajo del escenario», cuenta el hermano de Leiva, ex de Pereza. Asegura Juancho que el mejor consejo que ha recibido de Leiva es «no tener prisa: «Nos decía que si se hacían bien las cosas, si escribíamos canciones bonitas y de verdad, sin pensar en las radios, que algún día las cosas caerían por su propio peso. Y la verdad es que tenía razón, supongo».

Otra de las claves del éxito de Sidecars es la química que hay entre sus componentes, los mismos desde el inicio de la formación: «Somos compañeros de viaje desde hace quince años, ya que antes del primer disco llevábamos cuatro años juntos tocando por los bares. Somos muy afortunados, compartimos los nervios, las alegrías y las tristezas. No hay mucha gente con esa suerte y lo valoramos mucho. Gerbas, Ruly y yo no hemos tenido jamás ningún problema serio. Tenemos una relación un poco idílica. Somos amigos de verdad, de los que se van de vacaciones juntos», apunta el cantante. Juntos han estado en las duras y en las maduras («Hemos pasado tantos años sin que nos conozca nadie, perdiendo dinero y girando, que ahora valoramos mucho que nos vaya bien»), juntos se han pateado prácticamente toda España, en bares, clubs, grandes locales y ahora teatros. Un éxito más que merecido.