INMUNOLOGÍA

Indultan a la madre acusada de asesinar a sus cuatro hijos en Australia, gracias a la medicina

Kathleen Folbigg, que fue encarcelada por tres cargos de asesinato y uno de homicidio, ha sido absuelta después de 20 años en prisión gracias a un equipo científico internacional liderado por una española

Sergio F. Núñez

Kathleen Folbigg, de 55 años, y apodada como la "mayor asesina en serie" de Australia, ha sido absuelta después de pasar 20 años entre rejas.

Condenada a 40 años de prisión por el asesinato de tres de sus hijos y el homicidio involuntario del cuarto, en 2003, ha logrado ser declarada "inocente" después de que un grupo de 90 científicos, entre ellos dos premios Nobel, firmaran en 2021 una paetición al sugerir que los fallecimientos estaban relacionados con mutaciones genéticas o anormalidades congénitas.

El fiscal general del estado de Nueva Gales del Sur, Michael Daley, ha explicado que "en aras de la justicia, Kathleen Folbigg debe ser liberada de custodia lo antes posible" al "demostrar" la muerte "natural" de sus cuatro hijos entre 1989 y 1999 y con edades comprendidas entre los 19 días y los 18 meses.

  • "Este ha sido un terrible calvario para todos los afectados y espero que nuestras acciones de hoy puedan poner fin a este asunto de hace 20 años".

El fiscal también ha comunicado al padre de los bebés su decisión, del que ha dicho que "será un día duro para él".

Su equipo legal ya argumentó en su momento que había evidencia científica de que una mutación genética podría ser responsable de la muerte de al menos dos de los hijos de Folbigg.

  1. "Es imposible comprender el daño que se ha inflingido sobre Kathleen Folbigg... El dolor de perder a sus hijos y luego casi dos décadas encerrada en cárceles de máxima seguridad por crímenes que la ciencia ha demostrado que nunca ocurrieron", ha dicho su abogada Rhanee Rego.

Y ahora, un equipo científico lo ha demostrado. Esta investigación ha sido liderada por una prestigiosa científica española, la doctora Carola G. Vinuesa, investigadora de la Royal Society de Reino Unido.

Vinuesa, en conversación con este diario (cuya historia tal y como fue contada cuando la ciencia se involucró en este caso se puede escuchar en pódcast ) nos aclaró que:

  • "Con las nuevas tecnologías de secuenciación de ADN es posible ahora secuenciar los genomas enteros. Hace dos décadas no se podía hacer. Pero hoy se conocen causas genéticas para más del 30% de casos de SIDS. Y dado que muchas de estas causas son hereditarias, decidimos secuenciar el genoma de Kathleen".

El hecho de que se dirigiesen a esta científica española se debe a que Vinuesa es codirectora del Centro de Inmunología Personalizada y profesora de Inmunología en la Universidad Nacional de Australia, así como miembro del Centro NHMRC para la Excelencia en la Investigación.

Y el resultado cambió por completo el enfoque del caso:

  • "Encontramos una mutación nunca antes descrita, en un gen llamado CALM2, que codifica la calmodulina, y que puede causar muerte cardíaca en la infancia. Con esta información, escribimos un informe recomendado que se secuenciaran los genomas de los cuatro niños".

La doctora española, residente en Australia, formó parte desde 2019 del equipo de genetistas que analiza los genomas de Folbigg y sus hijos.

Todos los bebés murieron mientras dormían

  • Caleb, febrero de 1989. Fue la primera de las muertes. Su hijo solo tenía 19 días. Al nacer respiraba con bastantes ruidos y el pediatra le diagnosticó un caso leve de laringomalacia. No era grave y por lo demás, estaba sano. Pero la noche del 20 de febrero, según se recoge en el juicio, el bebé, que dormía en la habitación contigua al dormitorio que compartía con su marido, fue encontrado por Folbigg.
Kathleen, con uno de sus bebés.

Kathleen, con uno de sus bebés.

  • Patrick Allen. Fallece el 18 de octubre de 1990. Había nacido el 3 de junio. Y el 18 de febrero de 1991, Folbigg telefoneó a su marido al trabajo para informar de la muerte de Patrick y le dijo: "¡Ha vuelto a pasar!" Patrick solo tenía 4 meses.
  • Sarah Kathlee. Murió el 29 de agosto de 1993, con 8 meses de edad. Había nacido el 14 de octubre de 1992.
  • Laura Elizabeth. Falleció el 27 de febrero de 1999, con 19 meses.

Las causas que inicialmente determinaron los forenses para las dos niñas y los dos niños estaban relacionadas con muertes súbitas:

  • Caleb, el primogénito, como consecuencia del síndrome conocido como SIDS, la muerte súbita del lactante, totalmente inexplicable, igual que les pasó a sus hermanas Sarah y Laura.
  • En el caso de Patrick, lo achacaron a que a los cuatro meses de edad sufrió un daño cerebral severo como consecuencia de un evento agudo, y eso fue lo que cuatro meses después, según los médicos, acabó con su vida.

Es con el fallecimiento de Laura, la menor de los cuatro hermanos, cuando la policía pone la pista sobre Kathleen y se inicia una investigación por asesinato después de que el patólogo de la autopsia, el doctor Allan Cala, sentenció que "la miocarditis, la inflamación del músculo cardíaco, no era potencialmente mortal".

El padre se opuso a la investigación

Pero la investigación se vio obstaculizada por la negativa del padre de los pequeños de conceder una prueba de ADN que la justicia tampoco reclamó, aunque su capacidad para aclarar el caso pudo ser decisiva.

Porque "al realizar un análisis genético de este tipo, analizando el ADN del padre y de la madre, se puede obtener una imagen mucho más clara de si una mutación en un niño es dañina", surbayó Vinuesa.

A pesar de todas las trabas con que se encontraron, el equipo médico logró encontrar la variante CALM2 heredada de Kathleen en sus hijas Laura y Sarah.

Tanto es así que, como reconoció la doctora Vinuesa, "antes de que la investigación judicial hiciera público sus hallazgos, se publicó un artículo revisado por expertos internacionales que contenía un registro de 74 personas con variantes en los genes CALM, incluidos niños pequeños que habían muerto repentinamente durante períodos de sueño".

  • "Una niña que murió a los cuatro años y su hermano, que sufrió un paro cardíaco a los cinco años, tenían una mutación de calmodulina en la misma localización de la proteína que la que tenían Sarah y Laura. Los niños también habían heredado la mutación de su madre sana".

El autor principal del estudio, el profesor Peter Schwartz, cardiólogo y una de las autoridades mundiales en causas genéticas de arritmias cardíacas y muerte súbita inesperada, revisó el caso de Folbigg y concluyó que "la variante CALM2 era la causa probable de las muertes de Sarah y Laura".

A pesar de todo, la investigación y el estudio fueron rechazados en su momento por la justicia australiana y volvieron a aludir a la existencia del diario y la interpretación inculpatoria que las autoridades policiales hicieron en la frase escrito por su madre:

  • "Me siento como la peor madre de esta tierra. Asustada de que me deje ahora como lo hizo Sarah. Sabía que era de mal genio y cruel a veces con ella, y ella se fue. Con un poco de ayuda. Soy la hija de mi padre".

Añadiendo la frase que también dejó escrita cuando Patrick estuvo a punto de morir:

  • "Gracias a Dios. La ha salvado del destino de sus hermanos. Creo que fue advertida".

El avance de la ciencia

Los esfuerzos científicos llevados a cabo para demostrar la inocencia de Folbigg no se han detenido desde su condena en 2003 hasta hoy a pesar de los varapalos judiciales que se han producido en estas dos décadas.

  • "Desde la conclusión de la investigación se ha demostrado que la mutación CALM2 es patogénica en una serie de experimentos realizados por un equipo internacional de Dinamarca, Estados Unidos, Canadá e Italia, liderados por el profesor Michael Toft Overgaard, experto en las mutaciones en calmodulina".

Una evidencia que fue publicada en la prestigiosa revista internacional ‘Europace’, de la Oxford University Press, revisada por pares y editada por la Sociedad Europea de Cardiología.

Para la especialista Carola G. Vinuesa no había dudas:

  • "Como científica, el resultado de la investigación judicial (antes de su reciente absolución) me pareció desconcertante".

"Incluso antes de que se realizaran los experimentos científicos que establecieron la patogenicidad de la variante CALM2, existía evidencia médica y científica creíble que indicaba que los niños Folbigg murieron por causas naturales".

  • En el caso de Laura se demostró desde un inicio que su miocarditis era "lo suficientemente grave como para haber causado su muerte.

Se sabe que la miocarditis desencadena arritmias cardíacas, y nuestros hallazgos genéticos mostraron que Laura tenía una mutación asociada con arritmias cardíacas", insitió a este portal la codirectora del Centro de Inmunología Personalizada de Australia, Carola G. Vinuesa.

Estos avances científicos, esta innovación en el desarrollo de los procesos capaces de secuenciar el ADN, han permitido a los expertos conocer el motivo de los fallecimientos de Sarah y Laura. Algo más complejo era el caso de los dos varones, Caleb y Patrick, pero también han sido capaces de encontrar una causa natural a sus fallecimientos.

Con todos estos datos y después de 20 años en prisión, un grupo de 90 científicos entregaron al Gobernador de Nueva Gales del Sur una petición firmada en la que solicitaron la anulación de la condena de Folbigg y su liberación inmediata, basándose en las evidencias clínicas demostradas por el equipo de la Doctora Vinuesa.

Entre quienes firmaron y sostuvieron la petición hay dos premios Nobel y el presidente de la Academia Australiana de Ciencias, el profesor John Shine.

"Axfisia en momentos de frustación"

Hasta ahora, ni la fiscalía ni los jueces habían tenido duda alguna de que las muertes habían sido obra de Folbigg. Y en las apelaciones posteriores que han tenido lugar en las últimas dos décadas, nadie cambió de opinión. Según la acusación, la madre mató a sus hijos utilizando la "asfixia en momentos de frustración".

No obstante, la ciencia ha desmentido a la justicia, quien no ha tenido más remedio que solicitar su absolución para la que hasta ahora había sido injustamente considerada como la mayor asesina de la historia de Australia.

¿Y ahora qué?

Al anularse la condena, Folbigg podría pedir una indemnización por pasar más de 20 años en prisión "injustamente".

Una historia que se asemeja a la de Lindy Chamberlain, quien fue indemnizada con 1,3 millones de dólares por ser condenada por error en 1992 por la muerte de su hija Azaria.