La lluvia no ha podido con la devoción al Cristo de Medinaceli. La tradición de visitarlo el primer viernes de marzo para entregarle tres monedas y realizarle tres peticiones sigue muy viva. Las puertas de la iglesia de Santiago se abrieron a las 8.00 horas para celebrar la misa y permitir la afluencia de devotos de esta advocación, que además presidía por primera vez el altar central tras la restauración del templo.

"Unas 50 personas han estado en la misa de las ocho de la mañana, pese a que creía que iba a estar vacío por la lluvia", comentaba el párroco de Santiago, Francisco Aranda, quien se mostraba muy contento por la asistencia de numerosos fieles desde primera hora. "Lo importante es que llueva, que nos hace mucha falta", reiteraba el párroco, quien apuntó que habían extendido alfombras para facilitar el paso de los devotos sin riesgo de que resbalaran por el agua. De hecho, una persona estaba fregando constantemente la iglesia para recoger el agua que caía de los paraguas.

No obstante, la prevista mejoría del tiempo a lo largo de la tarde hace esperar que el grueso de la afluencia se registre esta tarde, formándose las habituales colas en la puerta de la iglesia de Santiago. Para organizar mejor esta afluencia, la parroquia ha puesto vallas justo en la puerta de entrada, así como dos vigilantes para controlar la normal entrada y salida de personas. Por el interior de la iglesia, el acceso se realiza por un paso delimitado con bancos y una alfombra roja hasta el altar central.