­El Resucitado y la Reina de los Cielos, titulares de la Agrupación de Cofradías de Málaga, procesionaron el Domingo de Resurrección por las calles del Centro Histórico de Málaga en una espléndida jornada primaveral, poniendo un año más el broche de oro a esta Semana Santa. El cortejo partió a las diez de la mañana de la antigua iglesia hospital de San Julián acompañados en su itinerario por numerosas personas, aunque muy lejos del masivo público de jornadas anteriores. Con la Banda de Cornetas y Tambores de Bomberos abriendo la marcha, la procesión dejó desde sus inicios bellas estampas en su recorrido.

Como curiosidad, mencionar que en los primeros compases del recorrido era muy nutrida la presencia de extranjeros madrugadores que no querían perderse el último desfile procesional de la Semana Santa. Algunos de ellos veían el paso de la procesión directamente con sus maletas, para después dirigirse de inmediato al Aeropuerto y coger el vuelo de regreso a sus hogares.

Bajo un sol radiante, la imagen del Santísimo Cristo Resucitado, obra del escultor valenciano José Capuz, estuvo acompañada por la Banda del Carmen, que a su paso por la plaza de la Constitución y Especerías interpretó las marchas «La promesa» y «Presentación», continuando con el «Requiem» en la curva de entrada a la calle Nueva. En la plaza de Félix Sáenz, donde se congregó mucho público, el trono del Señor marchó al son de «Tu cáliz de amargura», que arrancó un gran aplauso de los allí congregados.

Por su parte, la imagen de María Santísima Reina de los Cielos, obra Luis Álvarez Duarte, procesionó junto a la Banda de la Paz, que tocó en el primer tramo de su recorrido, al pazo del lateral de la plaza de la Constitución marchas como «Siempre Macarena» y «Frente a ti».

Los tronos de los titulares de la Agrupación de Cofradías estuvieron también arropados por los malagueños a su paso por la Alameda Principal, a la que accedieron desde la calle Ordóñez con seguras y firmes maniobras de los hombres de trono, en la calle Larios y en Granada o Calderería, ya de retorno a San Julián. El cortejo incluía una representación de nazarenos de todas las cofradías de la Semana Santa, con la presencia también de los hermanos mayores y miembros de las juntas de gobierno. Este año además ha habido un mayor número de nazarenos propios de esta procesión. Cabe recordar, por otro lado, que éste es el último año que sale el actual trono del Santísimo Cristo Resucitado. En 2019 se estrenará uno nuevo, que no ha podido utilizarse este año debido al retraso de uno de los talleres en las tareas de dorado de una parte del trono.

La presencia de público fue aumentando conforme se acercó el mediodía, por la afluencia de familias y personas que aprovecharon el desplazamiento para, además de ver a Cristo Resucitado y a la Reina de los Cielos, tapear o comer en el Centro o su entorno. En este sentido, las terrazas de los negocios de hostelería de la zona volvieron a mostrar ayer un concurrido aspecto.

La única incidencia que registró la procesión se dio en el tramo final, cuando una de las ánforas que adornan el trono de María Santísima Reina de los Cielos tuvo que ser retirado, al parecer porque podía desprenderse.

Pese a la presencia de público, la Semana Santa no se libra de la paradoja de que la procesión del Domingo de Resurrección, la jornada fundamental de la fe cristiana, sea la que proporcionalmente menor afluencia registra. La intensidad de las jornadas previas provocan que muchos, una vez acabado el Viernes Santo, se tomen los dos días finales con mucha más calma.