Arte

El barroco más exquisito de Juan Manuel Parra, en Puerta Oscura

El café de la calle Molina Lario recupera sus exposiciones de imaginería después del parón sufrido en 2021 por la pandemia de Covid-19 con una muestra del artista onubense, que regresa tras ocho años y con evidentes ejemplos de la evolución en su estilo

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

El Covid-19 lo paralizó todo y a todos. Aún persiste el recuerdo de permanecer más de dos meses confinados entre cuatro paredes en la etapa más letal y desconocida de la pandemia. Dos Cuaresmas después, Puerta Oscura, en la calle Molina Lario, recupera sus exposiciones de imaginería tras el receso de 2021. Ya son 26 muestras organizadas de manera continuada, puede que la única experiencia privada de este calibre que se organice de manera anual en España con las grandes figuras de la disciplina, sin subvenciones ni patrocinios. Y esta vez, como siempre, rodeado del ambiente y el misticismo que casi convierten al café en un templo, sin llegar a serlo. En esta ocasión, de nuevo, de la mano de Juan Manuel Parra, el imaginero onubense que presenta el resultado de su propia renovación.

Hace nueve años el artista que entonces apenas contaba con 24 años de edad, logró un súbito impacto en buena parte del mundo cofrade con su peculiar forma de interpretar la imaginería. Entonces, en 2013, compartía espacio con Juan Vega y Álvaro Abrines en una colectiva, que cada cierto tiempo también se encarga de organizar Miguel Ángel Blanco, gerente de Puerta Oscura, para conmemorar algún tipo de aniversario. 'Duelo y tristeza', recibió por nombre aquella exposición en la que Parra presentó la propuesta más rompedora por su hiperrealismo: una 'sacra conversazione' con un San Juan y una Virgen María desgarradores por su dramatismo. "Fue tremendo. Un bombazo a nivel imaginero porque nadie se lo imaginaba", recuerda Blanco.

Sin embargo, el estilo de Parra ha evolucionado en este tiempo, que ha dedicado a investigar y llegar al barroco más exquisito. "Algunos pensaban que ese iba a ser su estilo y nada más lejos de la realidad". Ahora nos encontramos con todo lo contrario. Un barroco "no manoseado hasta el extremo", como lo califica el promotor de la exposición, que tanto se da en Andalucía. Se trata de un barroco más puro, refinado y elegante, de tintes italianos. "En esa línea de detalle es donde él se mueve como pez en el agua", destaca Miguel Ángel Blanco.

"La gestualidad, la interacción entre las imágenes, su disposición... viene a ser más una pintura tridimensional que una escultura"

Y es la fórmula que Parra aporta este año a Puerta Oscura: su búsqueda constante por proponer iconografías e interpretaciones nuevas, poco habituales en el mundo de los escultores, que como trabajan por encargo se sienten más limitados. En el café se puede contemplar y disfrutar una escena del Bautismo del Señor por San Juan, realizado para un coleccionista de arte, el modelo de una Inmaculada Concepción aún en barro, que antes de que concluya la muestra será sustituida por la obra terminada, para un cliente de Málaga y, por encima de todo, un Descendimiento realizado ex profeso de nueve figuras, de tamaño menor, con una gran expresividad y una puesta en escena totalmente teatral y muy rica en matices de todo tipo. "La gestualidad, la interacción entre las imágenes, su disposición... viene a ser más una pintura tridimensional que una escultura", resume Blanco.

Imágenes hiperrealistas de San Juan y la Virgen María, obra de Juan Manuel Parra, en la exposición de Puerta Oscura de 2013.

Imágenes hiperrealistas de San Juan y la Virgen María, obra de Juan Manuel Parra, en la exposición de Puerta Oscura de 2013. / Julio Bravo

"Él se permite esos caprichos de creatividad total", añade. La imaginería está concebida para ser dispuesta en retablos o para ser procesionada en la calle sobre tronos o pasos de Semana Santa. En este caso, este Descendimiento puede verse desde todas las posiciones posibles. No hay rigidez. Ni planos. Ni contraplanos. "Es una propuesta muy sugerente. Las imágenes no están estucadas, sino que están policromadas directamente sobre el barro, lo que les da apariencia de nácar. Los ojos son de cristal, pintados por dentro, tan pequeños como un grano de arroz", sostiene el propietario de Puerta Oscura. 

Todas las figuras están completamente anatomizadas y aparecen revestidas de ricos ropajes, muy pictóricos. 

Puerta Oscura siempre ha sido una ventana abierta para las jóvenes promesas de la escultura. Esta exposición, "que no pretende ser cofrade", puede visitarse todos los días de la semana, también los domingos, hasta el próximo mes de mayo, desde las 17.00 horas hasta las 02.00 horas.

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