Todo cambia y todo sigue igual. La primera procesión de Mediadora por el recorrido oficial fue un ejemplo de coherencia con un recorrido cofrade muy pensado y que busca una presencia fundamentada. Nada es casual. El veterano espectador de esta hermandad encontraría ayer que poco ha cambiado, pero todo a la vez es nuevo. La procesión por el Centro permitió disfrutar a la hermandad Mediadora de siempre -seria, con cuidado en los detalles y elegante- pero con ojos nuevos.

El estreno no pudo ser más feliz. No sólo para la hermandad, sino también para Málaga. Mediadora aporta un carácter propio y personal, acerca barrios nuevos y suma calles inéditas a los itinerarios procesionales o las resucita, como ocurre con Cuarteles, que desde que la Cena se marchó al Centro no volvió a ver un nazareno o un trono hasta ayer con el paso de Mediadora.

También fue feliz para los hermanos de la cofradía de Las Delicias, que se encontraron con un continuo apoyo de cientos de malagueños, pese a situarse como la primera en pasar en una jornada que termina tarde. Los aplausos fueron constantes.

Sin embargo, si hay una cosa más que destacable es que Mediadora empieza difundir la devoción a su titular de forma masiva. Estar un rato al lado del cortejo era suficiente para encontrarse con un goteo constante de curiosos que preguntaban qué Virgen era y por qué no llevaba un Cristo, pese a incorporar una sección de nazarenos. Muchos malagueños tuvieron ayer su primer contacto con esta imagen y la impresión fue muy buena desde el principio.

La procesión estuvo plagada de momentos, pese a pasar por zonas un poco inhóspitas. Al llegar a la residencia de las Hermanitas de los Pobres las monjas le cantaron una Salve a la Virgen y llevaron a los residentes a la calle para que pudieran ver la procesión. Más adelante, mientras sonaba la marcha Margot interpretada por la Banda Sinfónica de la Trinidad, el trono entraba en la calle Ancha del Carmen y tras recibir el aplauso de los hermanos de la Misericordia, que le esperaban con el guión frente a su casa hermandad. Le seguiría Alma de la Trinidad para completar la calle y la elección de Pasan los Campanilleros para cruzar el Guadalmedina por el puente de la Misericordia y entrar en el Centro.

La llegada a la Alameda se hizo con media hora de adelanto sobre el horario previsto, ya que avanzaron a buen ritmo el primer tramo del recorrido y con tirones largos a tambor. Para el año próximo se espera retrasar la salida y tras la experiencia de ayer, que les ha servido para pulir muchos aspectos.

Si la petición de venia al presidente de la Agrupación, Eduardo Pastor, fue emotiva, más lo fue la entrada en la Catedral, que acogió con esplendor a la cofradía de Las Delicias, que hizo honor a este origen.