Casablanca, pasión del MediterráneoSi Humphrey Bogart e Ingrid Bergman no hubieran protagonizado en 1942 una bella historia de amor en Casablanca, a buen seguro que hoy a pocos les sonaría esta ciudad, el puerto más grande del Norte de África. Casablanca es una ciudad que, casi sin quererlo, se convirtió en una de esas ciudades estrella de cine. Sin embargo, tiene mucho más que ofrecernos que una simple copa y buena música en el Rick Café.

Su ubicación estratégica, puerto natural en la costa atlántica de Marruecos, y al sureste del Estrecho de Gibraltar, la han convertido desde siempre en un lugar de atracción para todos los turistas. Sin embargo, los primeros que llegaron hasta ella fueron las tribus bereberes del desierto, en el siglo VII, quienes fundaron un puerto pesquero al que llamaron Anfa.Este nombre aún se recuerda, ya que muchas calles de Casablanca lo llevan, así como varios lugares de los alrededores. Pero cuando los habitantes de Anfa se envolvieron en la piratería y el comercio de esclavos, cuando los portugueses, y más tarde los españoles, la sometieron, se vieron en la necesidad de cambiarle el nombre por el de Casablanca.

Un tremendo terremoto en 1755 mandó abajo todas las estructuras coloniales construidas por portugueses y españoles. Tuvo que ser un sultán marroquí quien iniciara las labores de reconstrucción un siglo más tarde. Los británicos contribuyeron a ello, pero no con dinero ni mano de obra, sino con el té, que poco a poco, y ya con esencia local, se le ha llamado en ocasiones el whisky marroquí.

Finalmente, fueron los franceses los que tomaron el control de la ciudad a finales del siglo XIX. En la década de los 20 y los 30 del siglo XX, empezaron a convertir Casablanca en una meca africana del Art Deco, construyendo enormes edificios blancos. Aquel legado aún puede verse en una ciudad con amplias avenidas, árboles, jardines y plazas señoriales.

El ambiente que se respira en Casablanca es el típico de una ciudad del sur del Mediterráneo, con cafés, restaurantes y muchas tiendas de dulces. Los cafés y los desayunos son tan populares como el té marroquí o la cocina local. El Boulevard de la Corniche es la famosa carretera de la costa de Casablanca, la que conduce a las playas y los locales más exquisitos de la ciudad.

La vida nocturna de Casablanca se encuentra sobre todo en la zona de Miami Plage y Ain Diab, sin olvidarnos por supuesto del Rick´s Café. Pasear es muy popular en Casablanca, aunque si váis en coche, aparcar se hace un tanto difícil, por lo que lo mejor es tomar un taxi.

No os quedéis sin experimentar la esencia de una ciudad como Casablanca. Si fue el escenario de una intensa historia de amor entre dos de los más grandes actores de la historia del cine, quién sabe las sorpresas que nos puede hacer vivir.