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Entrevista a la oncóloga Pilar Jiménez Fonseca

"La dieta mediterránea ha demostrado un efecto protector frente al cáncer"

Esta oncóloga advierte de que la alimentación es clave en la prevención del cáncer - "La obesidad es una epidemia que viene acompañada de cáncer cada vez de forma más manifiesta", afirma

"La dieta mediterránea ha demostrado un efecto protector frente al cáncer"

La oncóloga Paula Jiménez Fonseca fue premio extraordinario fin de carrera en 2002 y desde entonces ha desarrollado una intensa carrera de investigación relacionada con los cuidados paliativos para los enfermos de cáncer y ha publicado dos libros sobre la relación entre la alimentación y el cáncer: 'Comer para vencer al cáncer' (2012) y 'Remedios naturales para síntomas habituales' (2013). En 2014 fue elegida secretaría científica del Grupo español de tumores neuroendocrinos (GETNE).

- ¿Existen realmente alimentos contra el cáncer y pro cáncer?

-Los alimentos que demuestran mayores propiedades antitumorales, según los estudios publicados en revistas científicas, son los que constituyen la dieta mediterránea: fruta, verduras, pescado azul y aceite de oliva. Entre los alimentos procarcinógenos se incluyen las conservas y salazones, productos ricos en grasas saturadas, la bollería industrial y los azúcares refinados. La obesidad también se ha asociado con diversos cánceres y con un peor pronóstico de los pacientes afectados.

- ¿Una mala alimentación, por sí misma, puede generar un tumor?

-Dos de cada tres tumores aparecen por causas evitables. El tabaco origina más del 50 por ciento de todos los cánceres y su efecto se potencia con el alcohol. Una mala alimentación se relaciona fundamentalmente con tumores de estómago, colon, páncreas, riñón y con cánceres hormonodependientes, como el de mama y útero en mujeres y el de próstata en hombres.

- Y al contrario, ¿una alimentación saludable, por sí misma, puede prevenir el cáncer?

-El cáncer de estómago, el de mayor incidencia a nivel mundial, ha reducido su frecuencia en la mayoría de países occidentales gracias a una modificación de los hábitos alimenticios. La aparición de los sistemas frigoríficos permite consumir todo el año comida fresca en buen estado. También se ha reducido la ingesta de alimentos en salazón, que favorecen la liberación de nitrosaminas, que son potentes carcinógenos. Si modificando lo que comemos, cómo lo conservamos y cómo lo cocinamos, hemos reducido de forma drástica la incidencia de cáncer de estómago, debe ser un objetivo lograr esto en otros tumores asociados a una inadecuada alimentación. Con ello, reduciremos la incidencia del cáncer que más ha aumentado en los últimos años, el de colon, en el que influyen el estreñimiento, las dietas hipercalóricas con escasa fibra basadas en alimentos procesados, envasados y muy elaborados y la poca ingesta de agua y escaso ejercicio físico.

- ¿Cómo sería una dieta anticáncer?

-La dieta Mediterránea, propia de los países del sur de Europa, entre los que se incluye España, ha demostrado un efecto protector frente al cáncer por sus platos elaborados con productos frescos de la tierra.

- ¿Cuáles son las claves de la dieta Mediterránea?

-Se caracteriza por un bajo empleo de grasas de origen animal como la manteca, carne o embutidos. Incluye mucho pescado azul, rico en grasas insaturadas y en omega 3, cocinado al horno aliñado con zumo de limón y sin añadir aceite. Además, esta dieta cuenta con un alto consumo, de unas tres cucharadas al día, de aceite de oliva crudo. A todo añadimos la ingesta de varias raciones al día de frutas y vegetales frescos, pan integral y cereales.

- Siempre ha habido cáncer. ¿Ahora la enfermedad avanza más que nunca o ésa es una falsa percepción?

-Efectivamente, la incidencia de cáncer aumenta año a año. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que una de cada tres personas tendrá algún tipo de cáncer de lo largo de su vida a partir de 2020. Las causas principales de este aumento son el envejecimiento de la población española, los métodos de detección precoz y hábitos de vida sedentarios que fomentan la obesidad, el tabaco y el alcoholismo.

- ¿La incidencia de la enfermedad es mayor en edades avanzadas?

-Las personas mayores tienen más riesgo de desarrollar un cáncer. Un 80 por ciento de los casos se diagnostican a mayores de 55 años. Al aumentar la esperanza de vida aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer, en varones el de próstata y en mujeres el de mama. La obesidad es una epidemia en la sociedad occidental que viene acompañada de enfermedades como hipertensión, diabetes e hipercolesterolemia, pero también, y, de forma cada vez más manifiesta, de cáncer.

- ¿Llegará a haber una curación total?

-La mejor cura contra el cáncer es prevenirlo, impedir que aparezca. Para ello debemos evitar los agentes carcinógenos como tabaco, alcohol, alimentos poco saludables, sedentarismo y obesidad. La detección del cáncer en una fase temprana multiplica las posibilidades de curación. Por ello, en personas de riesgo y ante síntomas de alarma se debe consultar al médico. En España se curan la mitad de los cánceres que se diagnostican y la evolución de los pacientes incluso con cánceres incurables es cada vez mejor y más esperanzadora. Esto se debe no sólo a tratamientos farmacológicos, quirúrgicos y radioterápicos más modernos y eficaces, sino, y sobre todo, a un trabajo de equipos multidisciplinares en los que colaboran distintos profesionales sanitarios y médicos de distintas especialidades.

- Usted ha escrito un libro con un marcado carácter divulgativo. ¿Los investigadores están cada vez más cerca de la sociedad?

-Los médicos y todos los profesionales que invertimos tiempo y esfuerzo en la investigación lo hacemos con el firme propósito de ayudar a los enfermos y, en definitiva, a la sociedad. Ingerir alimentos saludables, realizar ejercicio físico a diario y mantener un peso adecuado debe convertirse en un hábito de vida constante. No es difícil de llevar a cabo y contribuye a sentirse bien, vivir mejor y prevenir el cáncer y otras enfermedades muy frecuentes en nuestro entorno, como hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, infarto o ictus.

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