La fiebre del fútbol engancha también a los futuros curas

La fiebre del fútbol llega a casi cualquier rincón del planeta. También a los seminarios. Prueba de ello es el campeonato de fútbol tendrá lugar del 2 al 6 de septiembre en el Seminario Mayor La Inmaculada, en Moncada (Comunidad Valenciana), donde los futuros curas -setenta en esta ocasión- de toda España participarán en la primera Copa Nacional de Seminarios en València. «Compartimos el mensaje que nos ha transmitido la selección española femenina de fútbol: jugando en equipo podemos llegar muy lejos», apuntan los impulsores de la iniciativa.

«El fútbol ayuda mucho a la superación personal y a ser conscientes de que solos no se llega a ningún lado. Es el mensaje que nos ha transmitido la selección española femenina de fútbol que ha ganado el Mundial y que compartimos: jugando en equipo podemos llegar muy lejos», destaca Jaume Pastor, uno de los seminaristas valencianos que organiza la Copa de Seminarios.

«Este campeonato nacional lo hemos organizado, precisamente, para conocernos mejor todos los seminaristas de España, para tejer lazos y trabajar en equipo porque así pueden conseguirse mejores resultados», añade Pastor. El fútbol es el «gancho» pero el objetivo es «compartir unos días de convivencia» en el Seminario Mayor, en Moncada, todos los seminaristas que van a participar, de los que alrededor de veinte son de la diócesis de Valencia y el resto, unos cincuenta, proceden de los seminarios de Burgos y de Ciudad Real y de los Seminarios Misioneros Diocesanos ‘Redemptoris Mater’ de Vitoria y de Castellón.

La idea de poner en marcha esta Copa Nacional de fútbol de Seminarios fue de Jaume Pastor y Ramón Cuenca, dos jóvenes que están formándose en el Seminario Mayor de Valencia para ser sacerdotes. El rector de Moncada, Fernando Ramón, compartió el proyecto con todos los rectores de España.

«El mundo está interconectado en todo y nosotros no podemos estar en un mundo distinto. Por ello, este campeonato es una experiencia innovadora y necesaria porque hay que normalizar las cosas. Los seminaristas somos gente normal que recibe la llamada del Señor», según los organizadores, que recalcan la vocación de permanencia del torneo y el apoyo recibido por parte de la Conferencia Episcopal Española.