Radiografía

Las cárceles más violentas de España en 2023 están en Andalucía, Aragón y Castilla y León: “Se ha batido el récord de agresiones”

Cádiz, Zaragoza, Palencia, Huelva y Las Palmas albergan los penales con más agresiones del año pasado

Con 508, se ha batido el récord de ataques a funcionarios, aumentando un 12% las cifras de 2022

El número de agresiones en las prisiones ha aumentado respecto a 2022.

El número de agresiones en las prisiones ha aumentado respecto a 2022. / NACHO GARCÍA

David López Frías / Nacho García

2023, el más violento de los últimos años en las cárceles españolas. Así se puede titular el ejercicio penitenciario que acaba de concluir. Con 508, se ha batido un nuevo récord de agresiones a funcionarios de prisiones. A pesar de que ha descendido la población reclusa (especialmente los internos condenados por delitos sexuales), ha aumentado en un 12% el número de ataques contra funcionarios de prisiones con respecto a 2022.

Lo dicen los datos que acaba de hacer públicos la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (SGIP). El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, elabora con ellos la radiografía de la violencia en los penales españoles, para valorar cuál es el más conflictivo. Y este año hay tres cárceles que han despuntado por encima del resto. Las dos primeras son la de Puerto III (Cádiz) y Zuera (Zaragoza), ambas con 27 agresiones.

La tercera sería la prisión palentina de Dueñas. Que, aunque ha tenido un número inferior de agresiones a funcionarios que las anteriormente mencionadas (se han contabilizado un total de 20), es, de las 5 primeras en el ranking, la que cuenta con una población menor de reclusos. Eso supone el segundo mayor ratio de agresiones de todas las prisiones de España, sólo detrás de Zuera.

En cuarto y quinto lugar se situarían, ambas con 19 agresiones, la cárcel de Huelva y la de Las Palmas II, cada una con problemáticas similares: además de la masificación (problema recurrente en la mayor parte de cárceles españolas), ambas acogen a un elevado número de presos considerados muy peligrosos.

1. Zuera (Zaragoza)

El año 2022 cerró con la cárcel de Madrid V (Soto del Real) como la más peligrosa de España, atendiendo al número de agresiones contra funcionarios. El penal madrileño registró 24 ataques contra funcionarios, de los que 18 se saldaron con lesiones de mayor o menos consideración.

Acabamos de cerrar el ejercicio 2023 y hay dos centros penitenciarios que han tomado el relevo al frente de esta clasificación. Uno está en Aragón y el otro en Andalucía. Se trata de la prisión zaragozana de Zuera y la gaditana de Puerto III. La de Soto del Real ha bajado hasta la sexta posición.

Cabe apuntar que ambas han superado las cifras de Soto del Real en 2022, ya que en cada una de ellas se han contabilizado 27 agresiones. Pero, si hay que destacar a una por encima de la otra, esta sería la de Zuera, porque uno de esos 27 ataques ha concluido con balance de lesión grave del funcionario.

Además, de las cárceles que se encuentran en los 10 primeros puestos, Zuera es la que ha experimentado un incremento mayor de agresiones con respecto a 2022 (un 80%). De hecho, Zuera no estaba entre las cárceles más conflictivas del pasado año , cuando solamente se contabilizaron 15 ataques contra funcionarios de prisiones.

¿Qué ha sucedido en Zuera en 2023? Fuentes de la prisión aseguran que “la altísima ocupación es uno de los principales problemas. Zuera tiene 1.150 presos en la actualidad. Es una cifra por encima de su capacidad. Y así es muy difícil mantener un orden”. A eso se le suma que “de los 14 módulos en los que está dividida la prisión, dos están cerrados porque están en obras. Eso ha provocado que esos internos sean incluidos en otros módulos. Se mezclan presos de diferentes clasificaciones y genera muchos conflictos”.

Además, al contar con módulo de régimen cerrado (para los presos más conflictivos), en esta cárcel “se concentran presos muy peligrosos. Hay paramilitares del este de Europa. O hay latinos que son miembros de diferentes bandas rivales y eso genera tensión y peleas entre ellos”, cuentan esas fuentes.

2. Puerto III (Cádiz)

En Puerto III, al igual que en Zuera, se han registrado 27 ataques contra funcionarios. La única diferencia, que es la que hace que esta cárcel esté segunda y no primera, es que no se ha registrado ninguna agresión con resultado de lesiones graves para el funcionario.

Sin embargo, Puerto III es, por definición, una cárcel más conflictiva que Zuera. Así lo ha sido siempre. De hecho, en la lista del año pasado aparecía en tercer lugar de la lista (mientras que la aragonesa no estaba ni entre las cinco primeras). El año pasado registró 20 agresiones a funcionarios, de las que 15 se saldaron con lesiones de la víctima.

¿Qué sucede en este penal gaditano para que siempre cope los primeros puestos? El mismo problema que el año pasado: “La masificación. Somos, junto a la cárcel de Valencia (Picassent), la que más internos tiene. Lo que sucede es que la de Valencia es mucho más grande. Es la más grande de España y la segunda de Europa. Puerto III es mucho más pequeña, pero tiene a muchos presos”, explican fuentes penitenciarias.

En el informe elaborado el año pasado por El Periódico de España contabilizábamos 1.254 presos. Este año, “la cifra ha subido a 1.270. Y el hacinamiento sólo puede provocar incidentes. Es un reflejo de cómo estamos Vamos a peor. Otras prisiones andaluzas como la de Sevilla II (Morón de la Frontera) o Botafuegos (Algeciras) tienen un 30% menos de ocupación".

También se encuentran con el mismo problema que Zuera: “La mala clasificación de los internos. La mayoría de las veces obedece más a la necesidad de la prisión que a la idoneidad de los presos. Y eso impide que se pueda llevar a cabo con el interno un tratamiento adecuado”, prosiguen estas mismas fuentes.

Del mismo modo, tantos funcionarios del penal aragonés como del gaditano coinciden en el mismo problema: “No hay médicos suficientes. Especialmente psiquiatras. Podríamos decir que entre el 30% y el 35% de la población reclusa tiene graves problemas mentales. Pero en España sólo hay dos penitenciarios psiquiátricos: uno en Sevilla y otro en Alicante, Eso hace que el resto de cárceles sean manicomios”, denuncian.

3. Dueñas (Palencia)

La cárcel palentina de Dueñas se coloca, por primera vez, en este podio de dudoso honor. El informe de la Secretaría General contabiliza 20 agresiones a funcionarios de prisiones, de las que 13 se han saldado con lesiones leves de los funcionarios y otras 7 sin que las víctimas hayan tenido que recibir atención médica. Un incremento del 25% respecto a 2022, cuando se contabilizaron 16 ataques.

Dueñas la tercera en número de agresiones, pero la segunda en tasa. Porque, de las cinco primeras, Dueñas es la más pequeña y la que alberga a menor población reclusa. En total son 850 presos. Eso deja una tasa de 22,4. Una cifra que supera los 21,3 de Puerto III y que sólo es superada por Zuera (23,5).

La clave en este caso es, según cuentan funcionarios de la prisión a este diario: "El factor vasco. El País Vasco ahora tiene la competencia de prisiones y lo que hace es quitarse de encima a los presos más conflictivos. Nos los envían a nosotros, a Zuera o a la cárcel de Soria. Luego, para enviar tú uno a una cárcel vasca, es casi imposible. Piden que no tenga historial conflictivo desde hace mucho tiempo. Lo ponen muy difícil... salvo si se trata de un etarra".

"La cuestión es que las cárceles del País Vasco no tienen régimen cerrado. Esto es, el módulo en el que ingresan los presos más peligrosos; los conocidos como 91.3 (por el número del artículo del Reglamento Penitenciario al que hace referencia). Solamente la de Álava lo tiene, pero está cerrado. Esto lleva a que, cuando hay un preso muy conflictivo en alguno de sus penales, se lo quitan de encima y nos cae a nosotros. Y en los últimos tiempos nos están llegando muchos, de una procedencia muy determinada, que provocan muchos incidentes".

4. C.P. Huelva (Huelva)

Si Zuera es el centro penitenciario español que más ha incrementado el número de agresiones en el último año, con una subida del 80%, el segundo es el de Huelva. El penal onubense registró 12 en 2022, pero ha cerrado 2023 con 19, sólo una menos que Dueñas. Eso supone un aumento del 58%.

Una cárcel que no suele estar entre las primeras en cuanto a incidentes violentos. De hecho, otros penales andaluces como Sevilla II, Algeciras o Albolote (Granada) suelen tener peores estadísticas. Lo que ha sucedido este año, según explican fuentes del centro penitenciario es algo similar a lo que denuncian desde la cárcel de Dueñas.

"Han llegado presos de máxima peligrosidad, como Igor El Ruso. Son internos que, sí o sí, la van a liar. No se sabe cuándo ni en qué condiciones, pero la van a liar. Y esta es una cárcel pequeña (no llega a los 1.000 internos) que no está preparada para recibir a 91.3 de este calibre", explican funcionarios a este diario.

"Es un desafío, porque Norbert Feher (Igor el Ruso) ya ha agredido a funcionarios en todos los penales en los que ha estado. Estamos hablando de cárceles como Teixeiro (A Coruña) o A Lama (Pontevedra) que están más preparadas que esta. Y siempre ha manifestado su intención de hacer daño a funcionarios. A él le da igual, porque está condenado a permanente revisable. Lo hemos denunciado varias veces. Algún día provocará una desgracia", advierten, recordando que no es el único preso de máxima peligrosidad que albergan: "Eso genera conflictos entre los presos y se multiplican los incidentes".

5. Las Palmas II (Gran Canaria)

La primera prisión no peninsular en el listado es la de Las Palmas II. Tiene, igual que Huelva, 19 agresiones a funcionarios. Siete más que el año anterior. Una de ellas, con resultado de lesiones graves para la víctima. Un penal que, tal y como han denunciado los sindicatos, está en una situación límite. Este año ha tenido intentos de motín y apuñalamientos.

Las Palmas II es la prisión canaria que recibe reos más peligrosos. Procedentes de Lanzarote o Tenerife. "Tenemos internos de primer grado que proceden de otras islas. En el momento en el que les dan esa clasificación, ya los mandan aquí, y generan problemas desde el momento en el que llegan", cuentan fuentes de la prisión.

Para estas fuentes, "uno de los problemas radica en trasladarlos. O como se llama en el argot de prisiones, 'kundarlos'. En las prisiones peninsulares, ante cualquier acto contra un funcionario o interno, automáticamente ese individuo es 'kundado' a otra prisión. Eso aquí no ocurre. Al estar en una isla, es más complicado el traslado. Aquí van al módulo de aislamiento y luego vuelve más crecido, lo que incrementa la conflictividad".

Además, apuntan que "la llegada masiva de cayucos ha provocado el aumento de extranjeros en prisión y algunos son especialmente conflictivos y no tienen respeto, especialmente por las funcionarias mujeres". Ese es un problema recurrente en varias prisiones españolas: los abusos de los presos a las funcionarias. "Cometen agresiones sexuales, las tocan, las insultan, se masturban delante de ellas... No respetan a las mujeres"

Reivindicaciones

Los sindicatos coinciden en que los problemas estructurales de las prisiones españolas son los mismos año tras año, y que no se resuelven. Y que, además, estas estadísticas "están cocinadas. Eso significa que muchas no están contabilizadas. Ni amenazas ni insultos constan. Las amenazas de muerte, tocamientos, empujones y salivazos, que son agresiones en otras administraciones, no se contabilizan en Prisiones y parece que vayan en el sueldo según estos interlocutores", protestan desde TAMPM (Tu abandono me puede matar).

Desde ACAIP-UGT se quejan de que "la administración penitenciaria hace una política de buenismo que no tiene en cuenta a un porcentaje de la población reclusa que es la protagonista de la mayor parte de las agresiones, hay graves problemas con la sanidad penitenciaria con la acuciante falta de médicos que provoca un aumento de la agresividad, bien por falta de medicación o bien por falta de atención".

Un punto, el del denominado 'buenismo', en el que coinciden en el sindicato CSIF, que exige a la administración que "proporcione una formación integral y de calidad a la totalidad de la plantilla, que adecue y modernice los medios de contención dotando a los trabajadores de elementos como puede ser las defensas eléctricas tipo Taser, que se modifique el régimen disciplinario de los internos adaptándolo a la realidad actual y endureciendo las sanciones".

Este diario también se ha puesto en contacto con Instituciones Penitenciarias, pero no hemos obtenido respuesta.