Miguel Ángel Jiménez lo ha vuelto hacer. Un año más, y ya van muchos, acaba el año entre los 50 mejores del ránking mundial de golf. Concretamente en el puesto número 40 y demuestra así que, tras haber superado los 50 años, la ambición por seguir en la brecha, no conoce límites. Y eso que cada año que pasa, muchos agoreros del mundillo del golf, vaticinan la debacle final del «Pisha», al que el sambenito de la edad y de la forma física siempre le persigue. Pero él siempre ha hecho caso omiso de las críticas poco constructivas. Su sonrisa, su golf de quilates y su tremenda personalidad son sus principales avales para continuar en el olimpo de un deporte donde los jóvenes vienen abriéndose paso a codazos.

Y es que, para lo que Jiménez es algo natural, para el resto de humanos nos parece una barbaridad. Se mantiene en el Top 50, con el norirlandés Rory McIlroy en lo más alto. Y es el segundo español en el ránking mundial por detrás de Sergio García (5º). Pero si repasamos algunos de los nombres que el churrianero tiene por detrás, quizás se consiga poner en relieve el mérito de este cincuentón apodado el «mecánico» en tierras estadounidenses. Y es que, «chupando rueda» de uno de nuestros malagueños más internacionales se encuentran jugadores de la talla del americano Webb Simpson (43º), el sudafricano y ganador de Major Louis Oosthuizen (45º), el italiano Francesco Molinari (55º) o históricos de este deporte como el sudafricano Ernie Els (63º).

Jiménez comenzó el año como un tiro y certificó su bien momento de forma con un tremendo cuarto puesto en el Masters de Augusta, un triunfo en su estreno en el Tour Championship (Circuito de Veteranos en EEUU) y una histórica victoria en el Open de España. Tras esos éxitos, el malagueño ha alternado buenos y discretos resultados, aunque ha terminado muy bien el año con un cuarto puesto en el Open de Turquía y un sexto en Sudáfrica.

Lo cierto es que Jiménez demuestra temporada tras temporada que aún le queda cuerda para rato. Veremos con que sorpresa nos deleita la temporada que viene. Se puede esperar alguna campanada en un Major. Golf y ganas tiene de sobra.