Volver a ver en acción, sobre una pista de baloncesto, a viejas y no tan antiguas leyendas del básket malagueño, sí tiene precio. Y es módico: cinco euros. Y con la satisfacción de que todo lo que se recaude irá destinado a un gran fin, para la Fundación Cesare Scariolo. El Unicaja de veteranos, con José María Martín Urbano y Alfonso Queipo de Llano en el banquillo, se medirá mañana viernes a las 20.00 horas al Novaschool de Liga EBA, en el colegio de Añoreta. Once jugadores vestirá de corto el equipo veterano del Unicaja, con verdaderos «jugones» sobre la pista. Jugadores del pasado más glorioso del club y también con algunos que comenzaron en esto del baloncesto de elite en Málaga. Varios de los «veteranos» de lujo serán Rafa Pozo y Salva Gallar, representantes del sabor más añejo del baloncesto en nuestra ciudad. También estarán varios de los héroes de las temporadas en las que el club tocó el cielo con las manos, a mediados de la década de los 90. El base Ernesto Serrano, el escolta Dani Romero y el alero Gabi Ruiz también estarán sobre la pista de Novaschool. Y no faltarán los hombres que han participado en la historia más reciente y rica del club, con Carlos Jiménez, Boniface Ndong o Paco Vázquez. El «once» del equipo lo completan Jerry Herranz, Paco García y Maxim Cheburov. Y tampoco se perderá la cita el primer malagueño en debutar en la ACB, Paco Aurioles, ahora entrenador y director general del Clínicas Rincón.

El encuentro está englobado dentro de las iniciativas «Encestando sueños», y se espera un ambiente de gala en las gradas del pabellón de Novaschool. Antes del encuentro, a las 19.00 horas, el equipo cadete del Unicaja se medirá al júnior del CB Novaschool para ir tomándole la temperatura del graderío. El baloncesto vuelve a ser la «excusa» perfecta para ser solidarios, ya que todo lo recaudado ayudará a que la Fundación Cesare Scariolo, de la que es presidente Sergio Scariolo, seleccionador nacional y exentrenador del Unicaja, pueda seguir atendiendo a los niños y a los padres que deben cuidar a sus hijos, enfermos de cáncer, en el Hospital Materno Infantil de Málaga. La fundación les da ayuda y les proporciona un piso para que los padres que no sean de Málaga puedan estar más cerca de sus pequeños en estos momentos tan duros.

Las entradas cuestan sólo cinco euros y también se ha habilitado una fila «cero» para los que quieran hacer donaciones y no puedan ir al partido.