El agua, la arena, o el salitre forman parte esencial en la corta vida de Marco Albacete. Pese a tener solo nueve años, este pequeño malagueño lleva desde los tres montado sobre una tabla de surf, sorteando todo tipo de olas, ninguna se le resiste.

Su padre fue quien le inculco estar constantemente retando al mar y, desde hace unos años, Marco recorre junto a su familia toda la geografía española compitiendo en distintos campeonatos, eso sí, siempre con niños mayores que él. Con su neopreno, melena al viento, y 30 kilos de peso sobre la tabla, Marco Albacete es ya muy conocido en el mundo del surf, un diamante en bruto que cada día demuestra por qué su habilidad parece no tener límites en esta excitante disciplina deportiva.

A través de las redes sociales, Albacete ha ganado muchos seguidores gracias a sus espectaculares vídeos e instantáneas. Detrás de su perfil se encuentra su madre, Almudena Barbeyto, que se encarga de capturar todos los momentos inolvidables que Marco deja en la retina de todos los que se acercan a verle en las competiciones y difundirlos al resto de aficionados y público en general.

Almudena reconoce el sacrificio que conlleva vivir en Málaga y tener que desplazarse para encontrar los rincones idóneos para la práctica del sur, pero tiene claro que el primer sacrificado es el propio Marco: «A lo mejor cogemos un coche el sábado temprano para viajar hasta el País Vasco porque hay torneo, el domingo volvemos de madrugada, y aún así a la mañana siguiente Marco va al colegio. El es el primero que se sacrifica para llevarlo todo adelante, sin quejarse», explica.

Pero es que además, el pequeño es un amante del deporte, y tiene gran facilidad para muchos de ellos: «Él es muy deportista, no puede parar. Estuvo en el fútbol hace dos años y el entrenador me ha estado llamando para volverlo a apuntar, al igual que en la natación, donde también lo han querido federar», dice Almudena, aunque comenta que es imposible compaginarlo todo.

Hace unos meses, la familia de Albacete recibió la llamada de la marca filial de Nike para su línea surfera, Hurley, que a partir de agosto comenzó a esponsorizar al chico malagueño. Pero es que cuando solo tenía siete años, una de las empresas más famosas en la fabricación de tablas, Matta, lo fichó para que luciese su material en todas las exhibiciones que Marco hiciese entre las olas. Un auténtico fenómeno del agua que este verano ya ha cosechado cuatro primero puestos, siempre compitiendo ante chicos mucho más grandes.

Un niño feliz con lo que hace

Marco es ajeno a esa posible fama que conlleva estar patrocinado por su enorme calidad, según argumenta su madre: «Es todavía un niño, y realmente él no se entera, solo quiere pasarlo bien como otro chico cualquiera de su edad. Lo más importante es que, tanto a nosotros como a las marcas, lo único que nos importa es su felicidad y si el día de mañana quiere dejarlo y probar otra cosa, ahí estaremos para apoyarlo», espeta convencida Almudena.

Marco no se limita al agua. Otra de sus facetas es el skate. «Desde que le regalaron un patín por su cumpleaños, se monta cada vez que puede y también ha ganado campeonatos en esta diciplina», señala Almudena.

Smooth Star es la marca que le provee las tablas para batir el cemento, y en el parque de skate más conocido de Málaga, el «Rubén Alcántara», todavía posee un hito que nadie ha logrado, como el propio Alcántara le aseguró a la madre del pequeño: «La isla que se ubica en el medio del parque es de gran altura y con la BMX, por ejemplo, no es demasiado difícil saltarla, pero con el skate es bastante complicado. En uno de los torneo, Marco la saltó con el patín y Rubén me explicó que él había sido la única persona en conseguirlo», dice Almudena.

Este fin de semana, Marco y su familia están en Arroyo de la Miel para que el chico traté de sumar otro primer puesto a su currículum este año, pese a que lo verdaderamente especial sea ver como al de Teatinos no se le borra la sonrisa de la cara.

El equilibrio es un don que, ni los que se preparan a conciencia, consiguen dominar por completo, es una destreza que exige máxima concentración, compromiso y mucha fe en lo que estás haciendo. A Marco Albacete le queda toda la vida por delante para depurar su técnica, pero la magia que lleva dentro es innata y eso nadie lo puede negar, al igual que su condición de trabajador, siempre forjándose entre las olas. Pase lo que pase, Marco ya es una auténtica estrella del surf.