El Atlético Malagueño no sólo se encuentra hundido en el fondo de la tabla del grupo IV de Segunda B, sino que además, como a todo perro flaco, ni siquiera le sirve acariciar un punto como visitante a las alturas de un minuto 92 de juego. El rival era el más propicio, un filial del Almería que sumaba un total de cuatro derrotas consecutivas. Y sin embargo, un gol de Abquar en propia meta dejó ayer sin premio a los canteranos.

Ni el peor guión de una película de Halloween. Aunque los locales se mostraron superiores hasta que el árbitro indicó el descanso, poco a poco los blanquiazules se asentaron sobre el terreno. Tras la reanudación fueron decididamente a por los tres puntos y gozaron de claras ocasiones para adelantarse.

Fueron sucediéndose las llegadas ante la meta defendida por el exguardameta malaguista Guille Lara y todo apuntaba a que los visitantes sumarían al menos uno de los puntos en juego. Las acciones de peligro eran para el Atlético Malagueño mucho más claras, más incisivas. Pero hasta por dos veces desperdiciaron los pupilos de Manolo Sanlúcar sus claros remates a portería. Primero fue Joan Grasa, en el minuto 50, y posteriormente, un cuarto de hora más tarde, Iván Jaime es el que mereció los honores de superar al arquero local.

El Almería B tenía en la mente los fantasmas de sus cuatro recientes derrotas ligueras. Pero intentó asentarse con cambios netamente ofensivos, con la intención de cortar su racha negativa. Las instrucciones del técnico Esteban Navarro para los últimos instantes surtieron efecto. En banda, Alberto Toril sacaba rápido para que Dani Albiar se internara en el área por la derecha. Su centro, en el afán por despejar del zaguero malaguista Abquar, terminó con el esférico en la red. Fue un mazazo difícil de digerir para un equipo tan herido.