Hay veces que las historias de amor cotidianas, las que suceden en el día a día en cada barrio de tu ciudad, superan incluso a las que llegan desde Hollywood. Es lo que les ha sucedido a Daniela Arráez y Adrián Castellano, una joven pareja malagueña que se han visto inmersos en una preciosa historia romántica que hubieran firmado los mismísimos guionistas de ´Love actually´ o ´La Boda de mi mejor amigo´.

Y es que, ante el marco incomparable que supone la Maratón de Nueva York, una de las carreras más icónicas del mundo, se prometieron en matrimonio. Una vez que ambos cruzaron la meta situada en Central Park Adrián se arrodilló y le pidió matrimonio a la que ahora es su prometida. Esa estampa fue recogida por los fotógrafos oficiales de la prueba, que la han venido utilizando durante todo el año, primero el Día de San Valentín y, sobre todo, en los últimos meses como imagen promocional de la Maratón por toda la ciudad. Así, la imagen de Daniela y Adrián, dos malagueños enamorados de 30 años y que se casarán el próximo mes de junio, inundan marquesinas, bocas de metro y demás soportes publicitarios alrededor de la Gran Manzana.

Para ambos, su historia de amor ya era perfecta antes de que se hicieran «famosos» en la ciudad de los rascacielos. Jóvenes y deportistas, decidieron, con un año de antelación, preparar la que sería su primera maratón. Tuvieron la suerte de recibir dorsal en el sorteo que realiza la Maratón neoyorquina debido a la gran demanda para correrla. Era especial porque era la primera que iban a correr, y juntos; además, Daniela quería homenajear a su padre, que 15 años antes la había corrido.

Así, Adrián ideó la manera, además, de pedirle matrimonio de una manera especial. «No me esperaba nada, fue perfecto, no puedes pensar nunca que te van a pedir matrimonio tras correr una maratón. La foto que nos sacaron es perfecta y cada vez que la veo me hace sentir lo mismo que sentí en ese momento», dice Daniela orgullosa.

Para Adrián, los preparativos y mantener sus planes en secreto no fueron fáciles. La logística para llevar el anillo durante toda la carrera y los problemas en una rodilla no fueron suficiente impedimento para que pudiera completar los 42 kilómetros y arrodillarse ante su novia. «Tuve problemas a dos meses de la prueba en una rodilla, me recuperé a dos semanas de correrla, pero en el kilómetro 16 de la maratón volvieron esas molestias. Me habría retirado de no ser porqué el propósito de pedirle matrimonio me dio fuerzas para acabar», relata Adrián.

Pero su historia aún iba a tener más recorrido. Primero, tras regresar a Málaga y chequear las redes sociales de la Maratón, vieron cómo esa instantánea del momento de la pedida estaba en todos los perfiles oficiales de la prueba. Además, meses más tarde, para San Valentín el 14 de febrero, la Maratón de Nueva York quiso felicitar el día de los enamorados con su foto en Instagram. La historia parecía que quedaba ahí, pero meses más tarde, un tío de Daniela que reside en Nueva York vio cómo la ciudad entera quedaba adornada con la foto de su sobrina y su prometido, que se convertía en reclamo publicitario para promocionar la Maratón.

Ahora, con todo el orgullo, se han puesto en contacto con la organización para que les envíen uno de los pósters con su foto y que presida su enlace matrimonial el próximo mes de junio. ¡Que vivan los novios!