La selección española femenina de balonmano, con las malagueñas Sole López y Marta López en sus filas, buscará el más difícil todavía y tratará de alcanzar este viernes (12:30 horas) por primera vez en su historia la final de un Mundial, en un duelo de semifinales en el que las «Guerreras» se medirán a la todopoderosa Noruega.

Es un reto titánico para las de Carlos Viver, que tendrán enfrente a la gran dominadora del panorama internacional en la última década, un ogro que ya ha frustrado en más de una ocasión los sueños de gloria de las jugadoras españolas.

De hecho, hasta en cuatro ocasiones se han cruzado los caminos de españolas y noruegas en la lucha por las medallas y todas concluyeron con idéntico resultado, el triunfo de las nórdicas.

Quiméricas fueron las opciones de victoria de España en la final del Europeo 2008, el torneo que dio origen a la leyenda de las «Guerreras», en el encuentro por el bronce del Mundial de China 2009 o en las semifinales del Mundial de Brasil 2011.

Pero tres años más tarde en Budapest el conjunto español, que cayó por 28-25, sí acarició la posibilidad de lograr el imposible, en una final del Europeo, en la que la selección, entonces dirigida por Jorge Dueñas, llegó a contar con una renta de cinco goles en el primer tiempo. El antecedente al que se aferran las «Guerreras» para soñar con romper todos los pronósticos, para atreverse a retar a la lógica.

La teoría decía también que la selección española, un equipo todavía en proceso de maduración, no podría ganar en la primera fase del Mundial a rivales de la talla de Rumanía o Hungría. Pero España no sólo venció, sino que ganó y convenció con un deslumbrante juego que aunó un fluido y preciso ataque con una agresiva e intensa defensa, que anuló por completo a estrellas como la rumana Cristina Neagu.

Punto de partida de una ilusionante trayectoria que pareció truncarse con el empate (28-28) cosechado ante Suecia, en un choque en el que las de Carlos Viver llegaron a ganar por nueve goles en la segunda parte, y, sobre todo, con la contundente derrota (26-36) encajada ante Rusia.

Sin embargo, el destino quiso dar una segunda oportunidad al equipo español con la victoria de Montenegro sobre Suecia, que permitió, cuando ya todo parecía perdido, lograr el billete para las semifinales.

Es una nueva oportunidad que las «Guerreras» no están dispuestas a dejar pasar por mucho que enfrente se encuentre un gigante como la selección noruega. El conjunto nórdico ha llegado a este Mundial más hambriento que nunca tras quedar el pasado año en el Europeo por primera vez en muchos fuera del podio.

La ambición no se ha visto mermada por las notables bajas con las que arrancó el torneo Noruega, que no puede contar con piezas clave como la portera Kari Grimsbo, la lateral Veronica Kristiansen y, sobre todo, Nora Mork, una de las mejores jugadoras del planeta.

Con este panorama, la selección española volverá a retar a la lógica, un escenario ya conocido para las «Guerreras», que han cimentado su leyenda en su capacidad de hacer real lo imposible.