El asalto a la preciada y lustrosa segunda plaza del Grupo B de la Euroliga comienza esta misma noche. No hay tiempo que perder para el Unicaja, porque esta Fase Regular de la competición es como un «pim, pam, pum». Si te duermes, te llevan por delante. Y a poco que andes espabilado, te conviertes en el más guapo de la discoteca. Así que toca echarse gomina y perfume, dar un garbeíto y cenarse al Alba de Berlín, equipo revelación del grupo cuya visita debe servir para dar un salto de calidad.

Pero aunque la noche pinte bien, el triunfo no será una tarea sencilla. Va a ser más difícil de lo que parece. La tarjeta de presentación de un equipo que ha ganado en Siena es más que interesante. Y el Alba, aquí en Málaga, no tiene nada que perder. Todo lo contrario que un Unicaja que tiene como misión acceder al Top 16 y ganar todo lo que dispute en el Martín Carpena, tras ceder ya un triunfo, ante el Maccabi Tel Aviv.

Los malagueños, sin desplegar un juego sensacional, han ganado los últimos cinco partidos que han disputado, entre Liga Endesa y Euroliga.

Cierto es que el calendario ha ayudado, pero aquí nadie te regala absolutamente nada. Ni siquiera a comienzos de competición. El mérito es doble, porque Jasmin Repesa llegó hace tres telediarios, como aquel que dice, y cuentan los entendidos que el Unicaja, por lo que se le ve en la pista al equipo, aún tiene cosas de equipo en plena pretemporada. Así que la alegría ya es hasta triple. Porque cuando estos jugadores se entiendan de verdad, Sergi Vidal pueda jugar y alcancen su máximo nivel... Lo vamos a pasar bomba.

Mientras, el Unicaja tiene la consigna de seguir en esta buena línea. Y lo debe hacer sin Vidal, que no podrá saludar dentro de la cancha a su buen amigo Albert Miralles. El alero catalán sigue con su recuperación de la operación de osteopatía de pubis. Aunque estaba previsto que martes y miércoles hiciera el entrenamiento completo con el primer equipo, lo cierto es que aún tiene molestias y no llega al nivel de exigencia que impone el entrenador. Ayer trabajó sólo a medias con la plantilla, luego hizo trabajo específico y así seguirá hasta que se encuentre al cien por cien. No hay prisas por recuperarle. El equipo está de dulce y forzarle sería absurdo. Así que «piano, piano».

Los malagueños, con dos victorias y una derrota, llegan a la cuarta jornada en un lugar estupendo. El plantel es tercero, igualado con el rival de esta noche. Los alemanes pusieron patas arriba este Grupo B en la jornada inaugural, al ganar con la gorra al Montepaschi en Siena (82-92). Luego cumplieron con la lógica y se impusieron en casa al Chalon francés (74-71). En la pasada jornada cayeron ante el Prokom en Polonia: 77-66. Así que el Unicaja lo tiene de perlas para escaparse con el Maccabi y poner tierra de por medio. En casa hay que amarrar sí o sí. Tres triunfos en cuatro jornadas en la Euroliga es sinónimo de Top 16. Y no hay que dejar para mañana lo que se puede hacer esta noche.

El Alba de Sasa Obradovic basa su solidez en los americanos Dashaun Wood y Deon Thompson. El primero es un base de los que se estilan por este tipo de Ligas: pequeño, jugón, acaparador e irregular. Y Thompson es un «cuatro» a la antigua usanza: sólido, duro, fajador y con acierto cerca del aro. Los cajistas conocerán seguro a Vule Avdalovic, que militó en la ACB varias temporadas, y a Nihad Djedovic. Mucho ojito con él... Curro Segura le tuvo en el Obradoiro, donde no cuajó tras su cesión del Barça. Pero luego ha hecho cosas interesantes. Sin ir más lejos, firmó su mejor partido en la Euroliga cuando vestía la camiseta del Lottomatica de Roma y el Unicaja visitó la capital italiana: 23 puntos y 32 de valoración.

El Unicaja debe imponer su mayor rotación. Obradovic -su segundo es el español Mauricio Parra- tiene sólo a siete-ocho jugadores fiables en Euroliga. Mientras que Repesa tiene a todo el equipo. Además, el croata de origen bosnio ha sido lo suficientemente inteligente como para ir introduciendo en su puzle a todos los integrantes. Dragic y Gist han sido los últimos, tras el salto de calidad de Williams. Que el propio Gist mantenga el nivel de Siena, que Fran Vázquez sea Fran Vázquez y que a Kosta Perovic le veamos con más sangre sería el escenario ideal que todos soñamos en este día de disfraces, máscaras y caramelos.