Decía Bozidar Maljkovic que los grandes equipos son los que, tras una impactante derrota, se levantan al siguiente partido. Y si algo ha demostrado en la historia reciente el Baskonia es que es esa capacidad para crecerse ante la adversidad, para sobrevivir siempre y ser siempre un rival fiero. El Unicaja visita hoy en el remodelado Buesa Arena a un león herido. Un animal con zarpas y colmillos desgastados y romos, con un domador recién llegado como Zan Tabak después de que al dueño de la idea, Dusko Ivanovic, le enseñaran la puerta de salida hace justo una semana.

Y en ese doble juego deberá andar muy listo el equipo malagueño. La afición vasca anda muy mosqueada con los suyos. No aguantarán demasiado tras el ridículo de Kaunas (82-45) el viernes. Así que los minutos iniciales se antojan claves para seguir despellejando al Caja Laboral. Darle vida sería un suicidio, así que desde el minuto uno hay que darle de su propia medicina: presión, defensa, actitud, garra... y ojalá que acierto.

El Unicaja, hoy más que nunca, debe agarrarse al presente. Porque las dinámicas de ambos son bien diferentes. El Unicaja es líder de su grupo en la Euroliga, con un balance de 6-1. El Caja Laboral es el colista del suyo, con 1-6. El cuadro malagueño sabe que ahora debe poner sus cinco sentidos en la Liga Endesa. Hoy es el primer test.

Porque el presente anima, apoya y sirve de estímulo. Y el pasado, qué quieren que les diga, es una pesada losa que casi parece mejor obviar. En los once últimos viajes del Unicaja a Vitoria, el equipo ha salido con el rabo entre las piernas. Once derrotas consecutivas, una detrás de otra, en Fase Regular y play off de la Liga, en Euroliga y hasta en Copa del Rey. El dato es bastante clarificador. El Unicaja no gana aquí desde el 21 de junio de 2006, en el triunfo que nos dio la Liga, la única, por ahora, que resplandece en las vitrinas de Los Guindos. Así que, les ahorro cálculos y le doy las cuentas: 6 años, 6 meses y 4 días clavados han pasado desde aquella tarde de feliz recuerdo, en el que el Unicaja asaltaba el Buesa Arena (72-76), ganaba el tercer duelo de la serie y levantaba el título.

En Málaga han llovido hasta piedras desde entonces. El Unicaja sufrió una metamorfosis poco tiempo después y ahora anda reinventándose, tras un verano de reestructuración completa. Falta hacía. Se agradece ahora, porque el equipo verde, embalado en la Euroliga y clasificado para el Top 16, ha hecho bien sus deberes en la Liga Endesa. El borrón del Estudiantes debe ser corregido con un gran triunfo a domicilio. La ocasión la visten calva. El Caja Laboral viene a ser como el Maccabi. Repesa le ha pedido a los suyos dar un golpe en la mesa también en la competición nacional. Tras las derrotas en Madrid (79-64) y Bilbao (82-65), el Unicaja debe demostrar que va también en serio en la ACB. Y nada mejor que un Baskonia herido al que utilizar como trampolín.

La mejor noticia posible es que no hay noticias sobre la enfermería. El coach tiene a su «doce». Por fin. Tras su debut ante el Prokom, Sergi Vidal vuelve a la rutina. Ayer fue uno más en la expedición verde a Vitoria. El equipo se entrenó por la mañana en el Carpena y, tras viajar a Bilbao vía Madrid, llegó pasadas las 18.00 horas a Vitoria. No hay bajas ni lesiones. Excelente noticia.

Tabak, mientras, debe seguir inventado algo para su puesto de «4», donde sólo tiene a Milko Bjelica. «Chapu» Nocioni jugó sin suerte en Kaunas. Y con Nemanja Bjelica aún lesionado -su participación hoy está descartada-, por ahí podría atacar el Unicaja. El duelo de los reencuentros -Vidal vuelve a Vitoria y Cabezas se enfrenta al Unicaja- debe ser también el que afiance al Unicaja en la Liga ACB.

Fran Vázquez cumple hoy 400 partidos en la Liga Endesa. El pívot del Unicaja Fran Vázquez cumple hoy un registro redondo. Tras una década en la mejor Liga del mundo al margen de la NBA, el gallego disputará hoy en Vitoria su partido número 400 en la Liga Endesa, un número redondo y que tiene mucho mérito. El gallego de 29 años nacido en Chantada debutó con el Unicaja en la máxima categoría y luego se marchó cedido al Gran Canaria. Regresó a Málaga y fue traspasado al Akasvayu Girona. De ahí pasó al FC Barcelona. Ahora, el capitán verde cumple 400 encuentros.