Desgraciadamente el Unicaja no es capaz de encadenar una racha de victorias lo suficientemente amplia como para revertir la incómoda situación en la que se encuentra. Ayer noche tuvo una magnífica oportunidad de engancharse a una dinámica positiva si hubiera conseguido el tercer triunfo consecutivo tras los dos que logró anteriormente -uno en la Euroliga y otro en la Liga Endesa-.

Era una gran ocasión, se llevaban dos victorias fuera de casa, recibía en su cancha a un rival directo de cara a la clasificación para el Top 8, era una oportunidad para brindar a su público un gran triunfo, estaban todos los jugadores disponibles... Pero la cosa no pudo ser. El Unicaja quitando los diez primeros minutos fue a remolque durante todo el partido, aunque no dejó de tener opciones en ningún momento hasta que llegó el último y fatídico cuarto. Nuevamente en pocos segundos se tiró por la borda todo el trabajo realizado anteriormente acabando el encuentro de la peor forma posible.

Sin embargo, la noticia más negativa del choque no fue el resultado, el cual pone muy difícil estar entre los cuatro primeros del grupo al final de esta fase, sino las consecuencias que este partido pueda tener para el futuro próximo. El equipo acabó dando muy malas sensaciones. El poco público que quedó al final del partido se fue desencantado y la imagen, a falta de pocos minutos para la conclusión con los aficionados en los pasillos tomando dirección hacia la salida, no ayuda en nada de cara principalmente al duelo del próximo domingo frente al Uxue Bilbao Basket.

Es cierto que no se puede dejar de lado esta competición por la que tanto se ha luchado y trabajado. Hay que seguir compitiendo y apurando las opciones hasta el final por muy difícil que se presente dicha empresa, pero ahora mismo la prioridad absoluta es la Liga Endesa, porque es la que te va a permitir volver a jugar la Euroliga el próximo curso. En estos momentos parece difícil tirando a muy complicado seguir teniendo paciencia con el equipo pero es un esfuerzo que nos debemos pedir e incluso exigir todos los aficionados que sentimos el club como algo nuestro.

Si hay alguna manera de salir del pozo en el que nos encontramos, ésa es sin lugar a dudas empujando todos juntos en la misma dirección. Este fin de semana ante el Bilbao debemos apoyar todos para que los jugadores no se encuentren solos en ningún momento. Ésa es la única vía para conseguir la ansiada y necesitada victoria.

*Dani Romero es exjugador del Unicaja