La equipación de Unicaja para esta temporada supuso una revolución desde su presentación. Y no solo por la solicitada y aclamada inclusión del mítico color morado, sino porque una equipación representa el escaparate de un club. Una camiseta bonita gana adeptos antes de que empiece un partido: pura estrategia comercial. Este nuevo diseño, en el que se rememora la camiseta de la campaña 94/95, con la que el club cajista se proclamó subcampeón de España, con Imbroda a los mandos y Nacho Rodríguez o Ansley en la pista, ha enamorado al público del Martín Carpena. No solo por el crecimiento del equipo, también por lo que supone: una camiseta que no es un trozo de tela verde sin más, es un símbolo en la memoria de los seguidores del club malagueño.

El buen momento deportivo que atraviesa el conjunto de Joan Plaza tiene también consecuencias positivas en las ventas de merchandising. Durante las Navidades, las tiendas de Los Guindos, de la Plaza de la Marina y la que se instala en el Palacio de Deportes durante los partidos han quedado prácticamente sin camisetas que vender. A fecha de ayer, propicia para haber envuelto una camiseta verde y morada en papel celofán para colocarla anoche junto al zapato de turno, solo quedaban camisetas de las tallas XXL y XXXL, las más grandes y anchas. Está pendiente la llegada, eso sí, de más equipaciones a las tiendas del club en los próximos días, aunque lleguen ya tarde para la cita anual con sus majestades de oriente.

La venta masiva constata el crecimiento y la superación de las expectativas de mercado con respecto a años anteriores, cuestión que ha desbordado las previsiones del club y de Spalding, suministrador del material.

Aunque la mayor parte de seguidores de Unicaja prefieren comprar camisetas sin dorsal, si hablamos de elásticas de jugadores en particular, los reyes, y nunca mejor dicho, de ventas son Jayson Granger, Fran Vázquez y Kostas Vasileiadis. El 25% de camisetas serigrafiadas llevan el nombre del base uruguayo, el 20% de los seguidores cajistas prefieren la del pívot de Chantada o la de Vasileiadis. El griego, que fuera el fichaje más aclamado del mercado veraniego, quizá no ha terminado de despuntar todavía en su juego, pero su carisma y el recuerdo de grandes épocas pasadas se ha impuesto a la hora de vender.

De cerca le siguen Mindaugas Kuzminskas, con el 15% de camisetas vendidas y Ryan Toolson, con un 10%. El resto de jugadores se reparten el 10% restante, señal inequívoca de que Unicaja es tan parejo, tan colectivo, tan equipo, que ni a la hora de vender camisetas se distinguen claros líderes. Asimismo, también hay un buen pellizco de los simpatizantes de Unicaja que prefieren tener en la espalda su propio nombre y su número favorito.

Desde el inicio de la temporada, las tiendas de club han estado desbordadas. A estas alturas del año, las ventas se han duplicado con respecto a la anterior campaña, vendiéndose alrededor de 1.200 camisetas. Según Spalding, la camiseta verde y morada también cruza la provincia malagueña y se está vendiendo en diferentes puntos de la geografía española a través de la tienda online del club.

Queda demostrado que el éxito deportivo de Unicaja no se queda en la clasificación. Los resultados del conjunto de Plaza encandilan a los amantes del baloncesto malagueño, orgullosos con la camiseta de su equipo.