Prepárense para algo muy parecido a una finalísima europea. Aunque estemos estrenando este mes de febrero y aunque después de lo de hoy resten todavía 8 jornadas más de este Top 16 de la Euroliga, háganme caso: el Unicaja-Lokomotiv de esta noche en el Martín Carpena tiene toda la pinta de partido clave.

Con el fiasco de la Copa del Rey todavía demasiado reciente, perder hoy contra los rusos abocaría al Unicaja a una «casi» eliminación continental. Y me da que ni el equipo ni la afición ni incluso la prensa están/estamos «preparados» para otro batacazo tan seguido, sobre todo pensando en los dos meses largos de competición continental que todavía hay por delante en los que habrá que ir tres veces a Estambul, a Zagreb o a la lejana Krasnodar. ¡Buff!, mejor no pensarlo.

El Unicaja afronta este sexto capítulo de la segunda fase europea en una situación incómoda por culpa de la derrota de la semana pasada en el Carpena ante el Anadolu Efes de Granger. La hoja de ruta marcada por Joan Plaza cuando arrancó el topsixteen era ganar en casa todos los partidos. Con esas hipotéticas siete victorias -y un buen average- podría haber valido para estar en cuartos de final. El traspié contra los de Estambul ha roto la ecuación. Ahora habrá que buscar en la «carretera» (el copyright es de Plaza) lo que se cedió la semana pasada y, sobre todo, no volver a caer en el Palacio. Por eso lo de esta noche es una finalísima en toda regla.

El decisivo duelo continental no le llega al equipo verde en su mejor momento anímico ni médico. Markovic sigue siendo baja, Hendrix -exjugador, por cierto del Lokomotiv­ tampoco jugará ante los rusos. Nedovic es seria duda por un poceso febril y la mitad del resto están saliendo de diversos catarros, procesos asmáticos y demás que les impide estar al cien por cien... Vamos, que está el equipo para muy pocos trotes.

Anímicamente, tampoco está el plantel para mucho carnaval. La victoria fea contra el Baloncesto Sevilla del pasado fin de semana no ha ayudado a olvidar derrotas pasadas y cualquier parecido de este equipo con lo que se podía esperar de él hace unos meses sigue siendo pura coincidencia.

La cosa se complica un poco más si al otro lado de la pista espera esta noche uno de los mejores equipos de lo que va de Euroliga. Un Lokomotiv Kuban sin nombre, sin currículum y sin pedigrí al más alto nivel continental, pero con una plantilla potentísima, con jugadores de primer nivel europeo y que practica un baloncesto alegre y directo, bonito de ver para el espectador, pero duro de digerir para el equipo contrario. En otras palabras, que al Unicaja le esperan 40 minutos de máximo esfuerzo, exigencia y concentración porque si no...

La verdad es que el Lokomotiv Kuban se ha ganado a pulso aparecer en todas las quinielas como candidato serio a cuartos de final. En ese desfile de estrellas que cada partido europeo se dejan ver por el Carpena, no le quiten ojo hoy al base titular de este «Loko», al dorsal 0 de los de Krasnodar: Malcolm Delaney. Es, para muchos, el mejor jugador exterior de toda la competición. Un auténtico jugón, un crack, un tío con un talento «especial» capaz de decidir por sí mismo un partido. Frenarlo es imposible, pero mitigar su daño y rebajar sus porcentajes de acierto en el tiro se antojan como cuestiones claves para poder sumar esta noche el ansiado triunfo que equilibre el balance de victorias/derrotas en la clasificación europea.

Habrá que ver cómo se involucra el Carpena en un día tan importante. Es un partido de esos que pide a gritos el cartel de «No hay billetes», pero el Palacio ya no se llena nunca y pensar en más de 8.000 espectadores esta noche en las gradas es casi una utopía. Vayan los que vayan, lo que hay que intentar es que el Palacio sea una caldera en la que «arda» el rival. El equipo necesita más que nunca a su gente y la «marea verde» tiene que ejercer de afición fiel y convertir el partido en un suplicio para los de gris y para el Lokomotiv desde el salto inicial hasta el mismísimo bocinazo final.

Europa pide hoy un gran esfuerzo. Ganar al Lokomotiv permitiría seguir en la pelea por el Top 8, pero perder sería poco menos que un drama. El equipo está concienciado de lo que tiene por delante. Son 40 minutos claves. La Euroliga no espera por nadie. Hay que ganar sí... o sí.