El peor Unicaja de la temporada perdió este jueves en Badalona, ante un Joventut (85-78) que no se jugaba nada más allá que acabar el curso con una alegría ante su afición, y finaliza la Liga Regular en séptima posición, con las peores sensaciones posibles y dejando pocas garantías para afrontar el duelo de cuartos de final que le medirá al Baskonia.

Un partido lamentable de los malagueños, desquiciados en la pista y sin tino desde el banquillo, hizo tocar fondo antes de comenzar la semana más importante de la temporada. Pretendía ser quinto el cuadro cajista, pero la realidad es que a día de hoy no está en condiciones de pelear por mucho. Desdibujado, sin alma y sin un patrón de juego, ni entrenador ni jugadores parecen capaces de sacar al equipo de una crisis que se lleva gestando desde hace semanas y que ayer encontró su punto más álgido en Badalona.

No había otra premisa que ganar ante un equipo que ya había hecho los deberes y que tuvo más fe en la victoria que un Unicaja que deambula. Solo Alberto Díaz parece tener esa casta y ganas de que la temporada no termine antes de que acabe junio y ayer fue el único que pareció querer y creerse el triunfo. El pelirrojo capeó en los minutos más complicados y mantuvo con vida al Unicaja a base de triples. Se fue hasta los 11 puntos y mantuvo la intensidad defensiva que otros no tuvieron y acabó eliminado por faltas. Sin él sobre el parqué, el equipo se acabó por descoser, dio pena y perdió con todas las de la ley mostrando todas sus costuras.

Porque en este Unicaja a día de hoy no hay patrón ni marineros. Plaza parece estar superado por los acontecimientos, desgastado y sin dar síntomas de tener la fórmula para darle la vuelta a la situación.

La plantilla, exprimida al máximo en una temporada superexigente, da muestras de estar cansada física y anímicamente. Elequipo se desinfló tras finalizar la Euroliga y esa relajación de no tener tres partidos por semana ha sido contraproducente.

Nedovic no está en su mejor momento y todo lo que se habla sobre su futuro y Milán no ayudan. Augustine está tieso después de rozar la excelencia durante el curso y a Shermadini le falta un mundo para ser el que fue tras su grave lesión. Sin juego interior y encomendados a los triples de Alberto y Waczynski (cuando entran), este equipo no da para más. Sólo para perder en la cancha de un equipo sin nada en juego y que ha coqueteado con el descenso.

Con estos síntomas afronta el Unicaja un play off al mejor de tres con un Baskonia enchufadísimo y claro favorito para estar en semifinales. Volver a la Euroliga está más lejos que nunca.