El nuevo Unicaja ya es una realidad. Ayer se estrenó en Guadalajara, en partido correspondiente al Circuito Movistar, con una contundente derrota 92-75 ante el Movistar Estudiantes, mala imagen colectiva, poca continuidad, demasiados errores y una moraleja muy evidente tras los primeros 40 minutos de la pretemporada: Casimiro tiene muchísimo trabajo por delante.

La pretemporada de hace ahora un año debe servirnos a todos, no obstante, para no sacar demasiadas conclusiones precipitadas de estos partidos amistosos previos al inicio oficial de la temporada. Ni para bien ni para mal. Solo las estrictamente necesarias.

¿Se acuerdan de las exhibiciones de Ray McCallum en la pretemporada pasada? ¡Qué manera de penetrar!, ¡qué manera de asistir!, ¡qué manera de meter triples!... Nos pareció a todos hace ahora 12 meses la «madre de todos los fichajes». Hasta la ACB publicó una encuesta entre todos sus directores deportivos previa al inicio de la Liga que de forma mayoritaria nombraron al citado McCallum como el «fichaje más decisivo del verano en la Liga Endesa». Después, sin embargo, ya sabemos lo que pasó: el americano se quedó muy lejos de esas expectativas de agosto y septiembre y se convirtió muchos partidos en una rémora más que en una ayuda.

O sea, que en estas fechas de preparación hay que mirar el partido de ayer, el de hoy contra el San Pablo Burgos y los que están por venir con la ilusión de ver al nuevo proyecto cajista arrancar, pensar en qué cosas buenas pueden aportar los cuatro nuevos fichajes, qué margen de mejora tiene el grupo en las próximas semanas (visto lo visto ayer, esperemos que infinito) y, sobre todo, pedir que no haya lesiones. Sin más.

La verdad es que había muchas ganas de ver al equipo y la puesta en escena fue decepcionante. El Unicaja aguantó a duras penas en la primera parte a un Estudiantes más fresco y con las ideas más claras atrás y delante. Tras el descanso, el cuadro verde se vino abajo y estuvo a merced de un «Estu» que llegó a estar 24 arriba y que ganó casi sin despeinarse a los de Los Guindos.

Sí pudimos ver algunos apuntes de lo que parece que va a ser el nuevo Unicaja de la «era Casimiro». El equipo quiere correr siempre, atacar vertical el aro desde el segundo uno de la posesión, hay mayor libertad para los jugadores en el juego de ataque y un menor celo defensivo que en la etapa anterior. Es solo un partido y todo está por perfilar, pero el ADN del equipo tiene pinta que va a ser de anotar muchos puntos y correr, correr y seguir corriendo.

También se despejaron algunas dudas. Viny fue titular, jugó algo más de 10 minutos y si espabila y trabaja tendrá su «chance», como le prometió su nuevo entrenador. Pero hay que trabajar duro, mejorar en defensa y ser más intenso en ataque y con el balón en las manos.

También vimos jugar juntos a Roberts y Jaime Fernández, al igual que a Alberto+Jaime. El ex del Andorra jugará de «1» y de «2» este curso en Málaga. Una opción táctica la de los «pequeños» que puede ser muy interesante a lo largo de la temporada.

También se vio con otra actitud a Milosavljevic. No brilló el serbio, pero se le vio más metido en dinámica y con más ganas. Repito que es solo un partido, pero sería una gran noticia que el habitual «3» titular de la selección de Serbia -una de las mejores de Europa y del mundo, por cierto- recuperase la ilusión este curso en Málaga, tras un pasado año para olvidar.

En fin, que ayer hubo poco margen para la alegría y el optimismo, pero hoy vuelve el Unicaja a la carga. Desde las 20:30 horas, segundo partido de esta cita alcarreña, esta vez contra el San Pablo Burgos. Ojalá que todo vaya mejor.