Rubén Guerrero ya es uno más en el Unicaja. El pivot marbellí está viviendo días frenéticos. Hace sólo una semana se estaba graduando en la Universidad de Samford y ahora es ya jugador del Unicaja por dos temporadas más lo que resta de ésta y ya trabaja con sus nuevos compañeros. El pívot de 2,13 metros pasó el control médico esta mañana, donde exhibió una musculatura y una fuerza fuera de lo normal. Tras el madrugón, los pinchazos y las pertinentes pruebas físicas y médicas, el jugador llegó al mediodía al Martín Carpena, y ya se visitió de corto.

Todo es nuevo para él. De Los Guindos se fue un chico flacucho a hacer las Américas, y seis años después, Guerrero vuelve convertido en un jugador prometedor con el que habrá que tener mucha paciencia. El marbellí de 23 años saltó a la pista junto a Alberto Díaz, Jaime Fernández, Dani Díez y Morgan Stilma, y el entrenador ayudante Ángel Sánchez Cañaete. La idea es que se empape desde ya de sistemas y de la forma de juego del equipo de Luis Casimiro. Rubén tuvo también una charla con Boni Ndong, del cuerpo técnico, que presta especial atención a los tiros. Ensayaron en cinco contra cero varios sistemas y luego ya se metió en la dinámica habitual del equipo.

El malagueño firmó ayer un contrato por dos temporadas y de lo que demuestre en estos días se decidirá a la hora de darle de alta para jugar el domingo ante el MoraBanc Andorra, un encuentro en el que el Unicaja no se juega nada y Casimiro tiene la baja segura de Sasu Salin, con un problema en un gemelo del pie.