Ha llegado el momento de que el Unicaja rompa una racha en la Copa del Rey que ya prosigue mucho más de lo deseado en el tiempo. Desde 2015, el conjunto cajista no sabe lo que es celebrar una victoria en el torneo del k. o. y, por lo tanto, disfrutar de unas semifinales en esta competición que será el epicentro del baloncesto durante estos próximos cuatro días.

La oportunidad que tienen los de Luis Casimiro para romper este «gafe» copero es inmejorable. Tienen por delante la opción de hacer algo grande jugando como anfitrión en el Martín Carpena, pero para ello todo pasa por no fallar mañana viernes en el estreno frente al CasadeMont Zaragoza. No será fácil, ni mucho menos, pero tanto afición como jugadores y cuerpo técnico creen en que el maleficio puede llegar a su fin en poco más de 24 horas.

La Copa del Rey no deja indiferente a nadie. Si hay un torneo donde existen las sorpresas esa es esta competición donde un despiste te puede mandar para casa, bien lo sabe el Unicaja en los últimos cuatro años. La última victoria que consiguió el cuadro verde en Copa del Rey data del 19 de febrero de 2015, en Las Palmas de Gran Canaria. El Unicaja se clasificó como cabeza de serie y el bombo le enfrentó al Bilbao Basket de los Quino Colom, Dairis Bertans, Álex Mumbrú, Axel Hervelle, Latavious Williams, Marko Todorovic... Aquel día, el cuadro malagueño, dirigido por entonces por Joan Plaza (destituido ayer en su aventura en el Zenit ruso) se impuso al conjunto vasco 86-78. Jayson Granger, con 18 puntos, y Mindaugas Kuzminskas,15 puntos y 7 rebotes, lideraron a un equipo que luego no pudo pasar de las semifinales ante el FC Barcelona. Los culés llegaron como uno de los equipos a batir y el Unicaja tuvo opciones de colarse en la gran final hasta los últimos compases de encuentro, pero los azulgrana resolvieron el choque en el tramo decisivo para el definitivo 79-87. De nuevo la pareja Granger-Kuzminskas fue lo mejor del Unicaja.

Esa ha sido la última vez que de Los Guindos han saboreado unas semifinales de Copa, algo que quieren volver a repetir, como mínimo, durante este fin de semana.

Desde la Copa de 2015, el conjunto cajista no ha vuelto a ganar un encuentro en la cita del k.o. En la siguiente temporada, el equipo de Joan Plaza ni siquiera acudió a la Copa. La ACB eligió como sede La Coruña 2016, y como equipo anfitrión acudió el Obradoiro. El Unicaja acabó octavo la primera vuelta de la Fase Regular de la Liga Endesa y se quedó fuera en un fracaso estrepitoso.

Sí lo logró al año siguiente. En la temporada 2016-2017, el Unicaja obtuvo el pase para disputar la Copa del Rey de Vitoria. Los malagueños hicieron los deberes y, con un balance de 10-6, lograron la séptima posición al término de la primera vuelta y, por tanto, el derecho a disputar la Copa. Allí, en Vitoria, nuevamente se cruzó en el camino el FC Barcelona. Y, una vez más, el Unicaja no fue capaz de derrotar a los blaugrana. En el Buesa Arena, en una tarde de viernes, el Unicaja cayó por 70-82 y se despedía del torneo a las primeras de cambio. Los 16 puntos de Nemanja Nedovic, los 12 de Jeff Brooks y los 10 de Jamar Smith resultaron insuficientes para alcanzar la semifinales ante un Barça superior en la segunda mitad.

La Copa regresó en 2018 a Las Palmas, escenario, todavía, del último triunfo cajista en Copa, pero esta vez tampoco hubo suerte y el Unicaja se volvía a despedir en los cuartos de final. El Unicaja plantó cara a un todopoderoso Real Madrid y llegó vivo a los minutos finales, pero la polémica marcó el final del partido tras una falta a Nedovic que no se señaló. Los blancos acabaron llevándose el partido por 84-89 para indignación de la parroquia verde.

Y, por último, el tropiezo del pasado curso frente al Iberostar Tenerife en la Copa del Rey de Madrid. El Unicaja llegaba como favorito al cruce de cuartos de final pero se vio superado por un equipo que les maniató desde el inicio y dieron pocas opciones a los de Luis Casimiro, que tendrá mañana su segunda oportunidad al frente del Unicaja para hacer un buen papel en la Copa. Los de Txus Vidorreta fueron siempre por delante y se llevaron la eliminatoria por 88-78.

El «gafe» dura ya cinco años, y en esta ocasión habrá que sumar la famosa maldición del anfitrión -desde 2002 el organizador no se hace con el título-. Contra todo eso, y con un Casademont Zaragoza hipermotivado, tendrá que luchar el Unicaja para estar en las semis de «su» Copa.