Hace mucho que a Rayden se le quedó pequeño eso de rapero. David Martínez Álvarez -nombre real del artista- ha demostrado desde sus inicios ir siempre un paso más allá de lo establecido. Encasillado en el mundo del rap en un primer momento debido a su triunfo mundial en la Batalla de Gallos de Red Bull, pronto se desharía de esa etiqueta con la sonoridad que adquirieron sus trabajos, traspasando géneros y llegando hasta el pop que domina en sus últimos discos. En concreto, esta nueva cara de Rayden es particularmente palpable en Sinónimo, pero también en Antónimo (2017), el primer disco de una trilogía que le pondrá, ya está ocurriendo, en lugares insospechados. En el último, sin ir más lejos, cuenta con colaboraciones de Pablo López, Iván y Amaro Ferreiro y Rufus T. Firefly, entre otros. ¿Un vendido? «Ya no me acusan de venderme. Esos eran tres gatos que ya están a otras cosas. También tengo la suerte de que los dos últimos discos que he sacado han sido los más vendidos en su primera semana. Así que cuando me decían: Eres un vendido, yo respondía: Esta semana, el que más». Eso sí, las letras siguen siendo su fuerte. El madrileño ha conseguido hacer de ellas un vehículo con el que conectar con las personas. «Trastocan un poco mi vida personal. Creo que, cuando fuerzas tanto la mente en hacer el más difícil todavía y hurgas en los interiores por sacar algo que sea de verdad, al final te afecta. Yo tuve ataques de ansiedad muy bestias que no había tenido en mi vida y que hoy son como un tatuaje. Pero se te olvida lo malo en pos del resultado». Escuchadle esta noche en la París 15. David Martínez Álvarez tiene mucho que contar.