Con la mirada clavada en el suelo, Germán llegaba a los juzgados para declarar por el crimen de su pareja de 17 años. El padre de la víctima lanzaba sus gritos de rabia a través de una ventana y dos horas después el detenido era conducido hasta su casa para reconstruir lo que ocurrió la noche en la que encontraron a la menor con un disparo en la cabeza. En un principio él contó que había sido un suicidio, pero ante el juez ha asegurado que se trató de un disparo accidental. Lo realizó con un arma de fabricación casera que arrojó al río al que también lo han llevado en un intento de encontrar ese arma. La madre de la chica seguía los pasos del detenido liberando su dolor, y de vuelta a los juzgados Germán era enviado a prisión provisional acusado de asesinato. En el pueblo sevillano de El Rubio los vecinos se concentran para condenar el crimen, otro caso de violencia de género.