Ni en los momentos más crudos de la pandemia, los centros de salud han cerrado al público. Han seguido atendiendo a la población malagueña mediante consultas telefónicas, reduciendo la actividad presencial a la mínima expresión y, además, asumiendo tareas extraordinarias propias de la crisis sanitaria como, por ejemplo, la realización de las pruebas serológicas o la vacunación contra la Covid-19.