­Una patrulla de agentes de la Policía Local de Rincón de la Victoria fue la que dio la voz de alarma a mediados del mes de marzo, cuando observó que algunos elementos del mobiliario urbano amanecían pintados de color dorado. Primero fue un banco, luego una fuente, varias papeleras y, finalmente, uno de los columpios de un parque infantil del paseo marítimo de La Cala del Moral. Cada pieza que aparecía pintada se convertía en noticia, en pólvora de oro para las redes sociales y hasta en un intenso debate sobre si lo que hacía el autor era arte, una campaña publicitaria o puro vandalismo.

Para muchos era lo primero, y hasta el alcalde de Rincón de la Victoria, Francisco Salado, reconoció con más humor que indignación que el color, al menos, agradaba a los vecinos. «Peor hubiese sido ver los elementos de rosa chillón o amarillo fosforescente. O que le hubiese dado por pintar todo el pueblo de negro», aseguró el regidor cuando la exposición urbana alcanzaba ya a dos papeleras, una en la plaza de la Iglesia y otra en la plaza de la Constitución; a un banco junto a la Oficina Municipal de Turismo; a un columpio en la zona del Paseo Marítimo y a una fuente de agua potable de la plaza Gloria Fuertes. «Me llamó un agente para preguntarme si el Ayuntamiento estaba probando tonalidades nuevas para decorar la ciudad», añadió el regidor, que también llegó a pensar en una campaña promocional o la iniciativa de algún experto en medios audiovisuales a los que invitó a expresarse por los cauces reglamentarios. Pero no se trataba de ningún tipo de experimento municipal, ni siquiera de la puesta en marcha de un plan ya organizado, de manera que determinados enclaves del municipio pudieran lucir otro aspecto renovado. Todo apunta a que se trataba de un joven artista anónimo, o quizás experto en medios audiovisuales, porque no se descarta que todo lo ocurrido pueda entrar dentro de un proyecto aún por descubrir.

Alentado quizás por el impacto mediático de su obra, el autor decidió llevar su arte a la capital malagueña. Su sello se extendió a las zonas de El Ejido, el entorno del Soho y a algún punto del paseo marítimo. Su gran actividad llevó a las autoridades a pensar en que se tratara de uno o varios imitadores, aunque el análisis de la pintura descartó esta hipótesis por ser siempre la misma. En el primer caso, el ya conocido como el pintor dorado sorprendió por el tamaño, ya que eligió un contenedor de papel reciclado, aunque también logró cubrir un banco y varias papeleras, uno de sus objetos preferidos en los que también dejó constancia junto al mismísimo Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y en algún punto del paseo marítimo, según fuentes del Ayuntamiento de Málaga. A esas alturas, a finales de marzo, las policías locales de los dos municipios, la Guardia Civil y la Policía Nacional trabajaban en la identificación del prolífico y procaz pintor, que incluso fue grabado por algunas cámaras de seguridad en algunos de sus recorridos por la capital. Consciente de esa presión, su actividad se vio mermada hasta que el lunes fue detenido por la Policía Nacional, tal y como adelantó ayer La Opinión de Málaga en su edición digital.

El joven, de 20 años, fue arrestado por los agentes de la Comisaría del Distrito Centro, que según fuentes policiales lo acusan de presuntos daños en mobiliario de ambos municipios. Las mismas fuentes añadieron que fue identificado por los agentes muy pronto, pero prefirieron acumular pruebas antes de culminar la operación con un registro domiciliario en el que intervinieron 20 botes de pintura, bocetos de dibujos de grafitis, un ordenador portátil y tarjetas de memoria. En comisaría reconoció los hechos y alegó una motivación artística.

Su obra sigue viva. Durante todo este tiempo, al Ayuntamiento de Rincón de la Victoria ha constatado pintadas en al menos dos papeleras, una en la Plaza Iglesia y otra en la plaza de la Constitución, un banco junto a la Oficina de Turismo, un columpio en la zona del Paseo Marítimo y la fuente de la plaza Gloria Fuertes. Según fuentes municipales, el mobiliario sigue pintado de color dorado a la espera de que se valoren los daños, aunque el propio alcalde descartó ayer sancionar al chico. Según Salado, el hecho de que a los vecinos les guste el resultado de las pintadas ha llevado a los responsables municipales a preguntarse si el joven tiene un proyecto de redecoración del municipio y, de ser así, colaborar con él. En el caso de Málaga, el Ayuntamiento confirmó que el cumplimiento de la ordenanza llegará hasta el final. Esta normativa establece multas de hasta 750 euros para infracciones leves, mientras que las más graves se sitúan entre los 750 y los 1.500 euros -elementos de transporte público, parques y jardines, señales de tráfico o identificación viaria-.