Comienza el invierno yo termina el Wild Winter Festival, una nciativa que desde el verano pasado ha hecho posible que Málaga sea una de las capitales más indies de España. Este fin de semana acaba la temporada con dos conciertos y Ellos como nombre más importante. Mañana la fiesta tendrá lugar en La Caja Blanca con Sundae, Capitán Sunrise y Bla como anfitriones y esta noche Ellos presentarán en el Centro Cultural Provincial de Málaga (mañana continúan la gira en Cádiz) el disco que acaban de publicar, 'Cardiopatía severa' (Pias, 2011) y que están fabricando en Bélgica como locos porque en las tiendas se han quedado sin copias. Dos buenas excusas para llamar a Guille Mostaza y hablar del presente feliz del grupo que lidera junto a Santi Capote.

Aunque Guille y Santi han necesitado la mitad de tiempo que con su anterior disco, 'Qué fue de Ellos' (Pias, 2008), para hacer un trabajo más complicado y más rico. Lo que ofrecen es una colección de canciones de amor en el que las noches en vela se mezclan con el rencor y los violines se rinden al pop.

Estabas guardando el concepto que esconde el disco para cuando se publicara. Cuéntanos de qué va 'Cardiopatía severa'.

El disco nace en contraposición a lo que fue nuestro disco anterior, 'Qué fue de Ellos', que es un trabajo oscuro, con medio tempo, canciones largas... Y queríamos hacer algo más luminoso, más pop, más bonito y más energético. Queríamos que este fuera el disco bonito de Ellos. ¿Qué hay más bonito que nada en el mundo?: unos violines. Jose, que es nuestro teclista, había trabajado con la Orquesta Sinfónica de Bulgaria y nos dijo que podíamos grabarla allí y lo preferimos a hacer cuerdas con teclados o samplers. Fuimos y grabamos nueve canciones en tres horas. Todo se fue hilando y nos salió un disco de amor, pero no el amor en términos de 'cómo te quiero' sino que ofrecemos una visión compleja. En el cine y en las películas el amor es algo tan bonito, tan simple y tan fácil que luego cuando lo buscas, o cuando te lo encuentras mejor dicho, te das cuenta de que no tiene nada que ver. Siempre he quedido reflejar los matices de una relación, las idas y venidas, las subidas y bajadas, por eso es el disco que más habla de amor. De ahí viene el título, que hace referencia a los momentos en que te afecta a nivel físico, y la portada, que es una lámina del tamaño de un cuadro y lo hizo Víctor, un amigo mío.

La portada es todo un acierto.

En breve llegan los vinilos que harán un poco de justicia al dibujo, que es súper grande.

Con Clifford, un pequeño sello que no es el mismo que publica este disco.

Laureano, el responsable de Clifford, es una persona con un halo en la cabeza y unas alas de ángel. Nos propuso sacar un vinilo y nos encantó la idea. Le pasamos el disco, le gustó mucho y nos preguntó si queríamos sacer un single. Nosotros le dijimos "Laureano, ¿y por qué no el disco entero?". Él trabaja con el trueque. Nos ha sacado el disco y nos hemos repartido las copias. Es una edición de lujo, con un díptico desplegable y una textura de papel especial.

¿El dibujo originial de la portada lo tenéis vosotros?

Lo tengo aquí mismo. No sé si colgarlo o guardarlo en una carpeta para que no le pase nada. Tiene tres capas, una de acuarela, otra de carboncillo y otra de una pintura. Es muy complejo. Mucha gente piensa que lo hemos sacado de un archivo de imágenes pero está inspirado en los libros de anatomía.

¿Hasta qué punto ha sido un disco difícil de hacer? Además de ir a Bulgaria a grabar la orquesta habéis pasado por varios estudios y las canciones están muy arregladas.

Es el disco más complejo que hemos hecho con diferencia. Estamos acostumbrado a trabajar Santi y yo en nuestro estudio haciendo las cosas a nuestra manera. Pero esta vez hemos grabado el disco en seis estudios diferentes y, sin contar a los miembros de la orquesta, había más de veinte personas implicadas. Nos hemos encargado de coordinarlo nosotros y hemos tenido mucho trabajo porque a la vez que estás grabando estás llamando a otro estudio, localizando a los músicos... Por otro lado el disco está grabado en directo, con todos los músicos a la vez, con lo que suena más fresco y además en dos días puedes grabar la base del disco entero. Lo hemos hecho a la manera clásica.

Siendo un proceso tan difícil, ¿no tuvisteis en ningún momento la sensación de que el disco se os iba de las manos?

Santi, yo y Jose Sánchez Sanz éramos los únicos que teníamos fe en el disco desde el primer momento hasta el final. Mucha gente nos decía que estábamos locos, que nos estábamos metiendo en camisa de once varas... Pero estoy seguro de que cuando alguien está convencido de lo que hace al final siempre le sale, cuando alguien no tiene barreras se come el mundo. Queríamos este disco costara lo que costara, con el esfuerzo que hiciera falta. Y el resultado supera lo que esperábamos. Al final se ha demostrado que no estábamos equivocados.

También os ha costado menos tiempo que el disco anterior.

La grabación, la mezcla y la masterización nos ha llevado unos veinte días y el disco anterior nos costó un año. Eso ha sido posible porque lo teníamos todo muy claro. También en el disco anterior probamos muchas cosas, pero con éste hicimos una maqueta que después le poníamos al equipo y era lo que queríamos hacer.

Tiene mérito que hayáis conseguido que Jota cante en una canción pero sin sonar a los Planetas.

A Jota le gustaron mucho las maquetas que le puse y nos pidió que le dejáramos cantar. Le buscamos una canción que es 'Mientes' y que elegimos por su tesitura vocal y por la letra. Le encató y nos fuimos al estudio a grabar. Mucha gente me ha felicitado por hacerle cantar pop otra vez, como en sus inicios y él me dice que lo único que hacía era ¡imitarme a mí! Yo creo que no le sale en absoluto pero está muy bien. Tengo que decir que la canción que le dimos tiene mucho carácter, es muy nuestra y era difícil llevarla a un terreno planetero.

En las historias que cuentan las canciones hay muchos juegos de espejos. Enseñáis varios ángulos de la misma historia.

Porque la vida es así, no todo es bonito o feo, hay momentos, en el amor y en la vida en general. Me gusta enseñar los claroscuros de las relaciones, por eso te decía que es un disco temático en cuanto al amor pero se mueve en esos baremos, desde lo malo a lo bueno.

A veces las relaciones se entienden mejor en las canciones.

Cuando escribo letras lo que hago mucho es verbalizar cosas que nunca le he contado a nadie, cosas que no sé explicar pero que de repente me salen y se convierten en una canción. Para mí es muy terapeútico, con este rollo me he ahorrado mucho en psiquiatras. Además cuando publico las canciones todos los demonios se reparten. Es gracioso porque a veces de una fuerza negativa sale un sentimiento positivo cuando hay gente que te llama y te dice lo que la canción ha significado para él. Es eso de que la energía ni se crea ni se destruye.

¿Qué es lo más divertido de tener un grupo?

Ver la cara de la gente cuando estás en un escenario. Cuando disfrutan ponen cara de semiéxtasis. Además cuando actúas estás pendiente de muchas cosas, del técnico, de las luces, de los otros músicos, de moverte, de que suene bien y hay veces que se me olvida la letra, pero siempre hay alguien a modo de apuntador en primera fila que se adelanta a cantar antes de que empieces tú y te acuerdas.

Le darás al menos el set list en agradecimiento.

Claro, siempre lo regalo y me gusta sacar a gente. Me parece un privilegio que vaya gente a vernos y a cantar. Santi y yo somos dos personas que cuando estábamos en el colegio nadie nos hacía caso y nunca pensé que la gente me fuera a oír. Hay gente que piensa que les hacemos un favor pero es el público el que nos hace un favor a nosotros viniendo a vernos.