El actor y cantante malagueño Fran Perea ha regresado a su ciudad para pasar unos días de descanso. Así lo publica en su página web (www.franperea.com), donde suele narrar sus andanzas y las de la gira del montaje teatral de la obra Todos eran mis hijos, de Arthur Miller, en la que participa. En su último escrito, titulado Unos días en Málaga, mi tierra, de descanso. En mi casa, Perea se pregunta por qué él y sus compañeros no pueden gozar «del placer de representar a Miller en el Teatro Cervantes».

Habla incluso de una sensación de «injusticia cósmica» y de que «Málaga debe de estar rodeada por un cinturón que repele» el citado montaje, dirigido por Claudio Tolcachir e interpretado por Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Manuela Velasco y el propio Fran Perea, entre otros. El texto arranca, precisamente, con la alusión a esa injusticia no terrenal: «En estos meses de gira con Todos eran mis hijos he tenido, no pocas veces, la sensación de injusticia cósmica. Algo así como un ¿por qué? gigante e implacable. Pasito a pasito hemos ido recorriendo la geografía española, de norte a sur, de este a oeste, empezando en Madrid con gran éxito de crítica y público, y repitiendo el mismo en los restantes lugares… y nada, Málaga debe de estar rodeada por un cinturón que repele nuestro espectáculo. Cuidado, no dejar entrar Todos eran mis hijos».

Seguidamente, el intérprete malagueño relata que la obra fue vista en Marbella el pasado mes de diciembre: «La verdad es que estuvimos cerca. Marbella nos abrió sus puertas y nos acogió en una tarde lluviosa de diciembre. Y allí tenía yo a mi familia y a algunos amigos (que casi tienen que volver en lancha) aprovechando la oportunidad cercana y a mano de ver la función maravillosa sobre la que tanto habían leído y, sobre todo, de la que el pesao de Fran tanto les había hablado…»

Por último, Perea destaca el recorrido que Todos eran mis hijos tiene por delante en distintos escenarios españoles y declara su pesar por no poder hacer parada en el Teatro Cervantes: «No puedo quejarme, la verdad. Tenemos una gira deliciosa por delante. Hasta final de año estaremos de tourné por los teatro de España. Pero no quería dejar de plasmar en estas líneas la pena que me da que mis compañeros y el que suscribe no gocemos del placer de representar a Miller en el Teatro Cervantes y que el público de mi tierra, la atávica, no pueda disfrutar de la interpretación de este texto por gente tan interesante dentro del panorama teatral de nuestro país…».