­Tras pasar por un «riguroso» casting en Londres, supervisado por el afamado productor teatral Cameron Mackintosh, el maestro malagueño Arturo Díez Boscovich fue escogido para hacerse responsable de la dirección musical de la gira por España de Los Miserables, título basado en la novela de Víctor Hugo que entre el 20 de junio y el 20 de julio se representará en el Teatro Cervantes.

Bajo la batuta de Díez Boscovich, una orquesta de 17 músicos y más de una treintena de cantantes dan vida a la partitura de Claude-Michel Schönberg, en la que destacan piezas como Soñé una vida, La canción del pueblo o Sale el Sol. «Soy muy aficionado a la música de cine y a los musicales. Y conocía Los Miserables desde que era pequeñito», reconoce el director de orquesta, que asegura que su principal cometido en este montaje, que «posee una alta exigencia musical y vocal», es mantener «su espíritu original». «El musical tiene una tradición de muchísimos años y debe hacerse igual en todas las partes del mundo, ya sea en Broadway, Londres o Málaga. Y el director debe ocuparse de mantener esa versión universal».

Para Díez Boscovich, el secreto del gran éxito de esta producción, estrenada en hace 28 años y que ya han visto más de 65 millones de personas, se encuentra en la estructura operística de su partitura. «No son canciones añadidas sino que la música está trazada de una manera casi operística y con un hilo conductor musical que cuenta la historia. Eso hace que el público se meta dentro de la obra», reconoce.

De hecho, tras su paso por Málaga, Los Miserables se convertirá en el primer musical en abrir las puertas del gran templo de la ópera de Barcelona: el Gran Teatre del Liceu. «El director musical de este tipo de montajes tiene que hacer de mediador entre el foso, donde están los músicos, y los cantantes. Dirigir en el foso es lo más complicado que hay. Y no existe diferencia entre dirigir Turandot y Los Miserables: es igual de difícil».

Respecto a la reciente película de Los Miserables, protagonizada por Hugh Jackman, Anne Hathaway y Russell Crowe, reconoce que resulta «espectacular ver la historia en imágenes», puesto que permite al espectador introducirse en los escenarios donde transcurre. No obstante, confiesa que la obra «funciona mucho mejor como musical que como película». «En el teatro el impacto es mucho mayor y las sensaciones son más intensas».

Díez Boscovich, pese a su juventud, 35 años, ya ha dirigido a las principales orquestas españolas y ha sido director musical del Teatro Lírico Andaluz. Confiesa que no son pocas las voces cercanas que se preguntan por qué ha optado por enmarcarse en la dirección de un musical, género que defiende y respeta. «Cualquier forma de expresión artística es válida. Si una obra tiene algo que decir y tiene validez artística, me da igual que sea Mozart, Beethoven, Wagner o Pete Townshend. Si me llamaran para dirigir Tommy, de los Who, lo haría».