David Trueba es un tipo que cae bien pese a brillar en muchos campos, lo que ya es un mérito en este país. Enfrascado en una nueva novela y elegido para representar a España en los Óscar con Vivir es fácil con los ojos cerrados, el realizador confiesa que no acaba de encontrar los medios para su siguiente proyecto.

Seis premios Goya y de camino a los Óscar. Ni en sus mejores sueños...

No sueño nunca con premios y distinciones. Tengo la suerte de que mis sueños más memorables hayan sido siempre eróticos, pero me sentiría ridículo si un día me despierto y resulta que he soñado que me daban el Príncipe de Asturias. Qué horror de sueño, ¿no?

Tiene una novela premiada por la crítica, una serie de televisión aplaudida por el público, una película que arrasó en los Goya... ¿Lo de perder es ya una etapa superada?

Perder es algo que trasciende a los éxitos puntuales. Perder es vivir, aprender a perder es aprender a vivir, porque al ser humano al final siempre le espera una derrota que se lleva por delante todos los galardones y los días felices. Saberlo hace que disfrutes mucho con las cosas buenas y no te hundas en las malas. Pero esto lo sabe todo el mundo.

Su anterior película, Madrid 1987, apenas tuvo espacio en las pantallas. ¿Pensó que Vivir es fácil... correría la misma suerte?

Sí, de hecho tenía un plan B para rodarla en condiciones de guerrilla. Pero al conseguir distribución oficial y la preventa a la televisión pudimos contar con un presupuesto muy reducido pero digno.

¿Qué cree que le diría Rafael Azcona, uno de sus grandes maestros, si se llevase el Óscar?

Nada, nos sentaríamos a comer, lo festejaríamos y nos pondríamos a pensar en la próxima película que hacer. Pero siempre festejándolo, eh, eso es muy importante. Todo lo bueno hay que disfrutarlo, pero no encadenarse a ello.

Regaló sus premios Goya. ¿El Óscar también lo regalaría?

Fueron regalos muy especiales y tendría que encontrar a alguien muy especial relacionado con eso, pero te voy a ser sincero, ni siquiera pienso en la posibilidad de ganarlo. Es más, deberíamos aceptar que estando tan lejos de algo lo mejor es no especular ni hablar de ello.

¿Recuerda la peor crítica que han hecho a sus películas?

He tenido demasiadas, pero las más agresivas y salvajes fueron cuando debutaba como guionista. A cierta gente le parecía muy mal que yo me dedicara a esto y más aún con mi hermano Fernando destacando en la profesión. Pero me sirvieron para cobrar cierta fortaleza y repensarme mucho si mi decisión de dedicarme al cine era sólida o solo un capricho. No digo que las agradezca, porque tenían un punto miserable, pero me hicieron más fuerte, dentro de mi debilidad general.

Debería costarle poco encontrar financiación para su próxima película, pero creo no le dan el dinero con los ojos cerrados..

No, el cine es una empresa con enorme dificultad financiera, porque no es fácil lograr inversores para algo que más que un negocio es un sueño personal, una fantasía creativa. Pero es un filtro que convierte al oficio en algo único, mitad industria y mitad arte, y por lo tanto te obliga a un equilibrio que es fascinante.

Madrid en 1987, Almería en 1966, ¿cuál es la siguiente?

No lo sé. Tengo un proyecto pero no acabo de encontrar los medios para hacerlo. Poco a poco. Hablaremos de ello cuando sea una realidad algo más tangible que unos papeles escritos.

El orden de esta trilogía, que bucea cada vez más en nuestro pasado, ¿es intencionado?

Sí, y esa trilogía terminará en una película que transcurre en el año 1940, pero esa tercera entrega aún no la tengo escrita, tan solo pensada y no va a ser mi proyecto más inmediato, dejaré pasar algún tiempo porque requiere otra sensibilidad por mi parte que aún no tengo del todo alimentada.

¿Por qué no levantamos cabeza, si habíamos avanzado mucho más que la generación de nuestros padres?

La lacra de España a lo largo de los siglos es la penosa relación entre el poder, tanto económico como político, y el talento de los ciudadanos. Los Estados Unidos solventaron esa horrible dinámica tras su guerra civil y, hasta los años 60, eso los convirtió en un imperio mundial. En España se descuida la igualdad, el aprendizaje y la inventiva. Solo el dinero está valorado, no tanto la inversión en futuro. Creo que es muy grave sobre todo en ciencia y tecnología. Las profesiones artísticas serían la tercera pata, pero como pertenezco a ellas, prefiero insistir en la importancia de las otras, que son fundamentales para crecer como país.

¿Qué piensa de Podemos?

Me parece que reciben el apoyo de mucha gente decepcionada con los partidos tradicionales. Pero será cuando tengan poder e influencia cuando habrán de demostrar si son distintos a los demás. No me gusta desprestigiar a los políticos, que es un deporte nacional. Siempre he considerado que son un reflejo de la sociedad y que si la sociedad los encuentra penosos y corruptos es porque la propia sociedad también es así. Pero cualquier agitación del panorama que obligue a la gente a pensar y debatir me parece saludable.

En su discurso de los Goya hizo un guiño a Cataluña. ¿Qué espera que pase el 9 de noviembre?

Por supuesto, Cataluña es un lugar lleno de gente maravillosa, con mucho talento y potencia creativa. No me gusta que se utilice la rivalidad política para enfrentarnos a los unos y los otros. Creo necesario acatar las leyes y tratar de cambiar las cosas con rigor y escrupuloso respeto por el que no piensa como tú. Si el Tribunal Constitucional no aprueba la consulta debería cancelarse y convocar elecciones anticipadas donde los partidos catalanes presenten de manera clara y abierta su posición frente a una futura independencia. Así se solventaría el enigma del derecho a decidir y tendríamos una idea real del apoyo al independentismo por los votantes. Y a partir de ahí los políticos tendrían datos para empezar a solventar lo que no debería nunca convertirse en un desbarajuste de opiniones, dogmas y declaraciones rimbombantes. Pero yo no soy un experto en la materia y me limito a declarar mi amor por Cataluña porque la conozco, la aprecio y la disfruto lo que puedo.

Montoro parece tener especial fijación por la gente del cine. ¿Ha llamado a su puerta?

Cuando escribes en prensa sabes que tu declaración de renta va a ser estudiada al milímetro. Así que para mí es una garantía de tranquilidad saber que puedo estar en su punto de mira. Pero no creo que Montoro sea un malo de tebeo, aunque a veces lo aparente. La incapacidad del Gobierno para dotar a las artes y la ciencia de un incentivo fiscal indignaba incluso al difunto Emilio Botín, o sea que no es una cuestión partidista, sino de Estado. Hundir la creación y la investigación debería impedir dormir por las noches a cualquier político del partido que sea.

¿En vez de investigar a los actores, no debería alegrarse por recaudaciones como las de Ocho apellidos vascos o El niño?

Te aseguro que se alegra, porque solo en el impuesto del IVA directo por ambas películas ha superado todo lo que destina el gobierno en un año para ayudas al cine, filmotecas, salas, cortometrajes y escuelas de cine y festivales.

¿Habrá más capítulos de Qué fue de Jorge Sanz? Se le ha adelantado Linklater con Boyhood...

Sí, mi plan es rodar un episodio más cada 5 años, así que ya pronto toca añadir otro. Y mi sueño es rodar el último juntos en una residencia de ancianos poco antes de morirnos de viejos ambos, que al fin y al cabo solo nos llevamos 15 días de diferencia de edad. Jorge más viejo, que quede claro.

Milan Kundera ha tardado doce años en publicar. Usted lleva ya seis desde Saber perder...

Siete años de distancia con mi anterior novela sería, creo, una buena distancia.

¿Algún detalle, alguna pista?

Que habla de cosas que te interesarán si perteneces a la raza humana. No me gusta hablar demasiado de los proyectos, pierden el gas, como las bebidas si levantas un poco el tapón.

¿Hasta qué punto se pelean el cineasta y el novelista? ¿Por ahora gana el cineasta?

No, el novelista gana porque no necesita a nadie y se ríe todo el rato de los problemas del cineasta para sacar adelante sus proyectos. A veces incluso han llegado a las manos e insultarse gravemente.

Nunca ha querido que llevaran al cine sus novelas, especialmente Cuatro amigos, pero usted lo hiz0 con Soldados de Salamina, de Cercas ¿Por qué esa negativa?

Son cosas mías. A mis dos primeras novelas les costó mucho ganarse la consideración de la gente del mundo de la literatura, eran miradas con desprecio por venir de un cineasta, así que prefería que se mantuvieran apartadas del cine hasta que fueran leídas como yo creía que debían ser leídas, como novelas, y no como futuros proyectos cinematográficos, que nunca lo fueron. Y me da mucho gusto que la gente siga disfrutando de ellas como novelas.

¿Le tienta el teatro?

Mucho, pero me da miedo porque no lo he hecho nunca y le tengo un gran respeto y una gran admiración a quien lo hace bien.