Buena parte de la vida y obra de Mozart quedó retratada en su extenso legado epistolar. En aquellas cartas daba cuenta de sus trabajos e inquietudes. Así sabemos que la Misa catalogada como K427 fue realizada sin las influencias del arzobispo Colloredo y como voto por la recuperación de una enfermedad de Constanze, futura esposa. Lo esencial, la profundidad de la obra, se encuentra en la propia experiencia del músico ante la divinidad y la influencia del maestro de Santo Tomás a través del contrapunto y el estilo fugado que se une al lenguaje temático inspirado por Haydn.

Jordi Casas fue la batuta invitada por la Filarmónica de Málaga en el tradicional abono dedicado a la Semana Mayor. Casas aúna en su dirección un especial cuidado en los tiempos creando dinámicas elaboradas, que atrapan la atención del oyente desde el primer instante. Si a ello unimos un cuarteto vocal brillante y una masa coral bien trabada gracias al trabajo del maestro González Ávila el resultado del concierto a grandes rasgos apeteció sobresaliente.

Mozart oculta tras una aparente sencillez estructuras que exigen precisión para engarzar los distintos motivos en ese estilo inconfundible que no siempre queda enmarcado en el contexto musical en el que desarrolló su obra. En este sentido la OFM en más de las ocasiones ha optado por un sentido más romántico sirva de ejemplo la versión del Requiem de la temporada pasada. Pero en el caso de la Gran Misa, pudimos escuchar el mejor Mozart en muchos años.

Eugenia Boix y María Hinojosa, generosas en sus instrumentos, muy afinadas y de fraseos similares consiguieron momentos únicos gracias a la capacidad de empaste y sin desaprovechar los pasajes de coloratura para su lucimiento. Más discretos el tenor y el bajo.

Carmina Nova nos recordó tiempos pasados que hoy son un tanto lejanos. A pesar de los refuerzos del coro, el intenso trabajo de González Ávila afloró tanto en la emisión como en la apuesta del maestro por el constante ajuste de las cuerdas. Quizás un conjunto coral más reducido y seleccionado nos hubiese proporcionado una versión más ágil y solvente. No nos gustan las propinas, rompen el regusto de cualquier programa, pero en este caso la Misa en do menor tendría en el Ave Verum una adición muy a propósito.

OFM y Cármina Nova | Teatro Cervantes

Programa: Gran Misa en do menor, K427, de W. A. Mozart. Director de la OFM: Jordi Casas. Director de Cármina Nova: Diego González Ávila. Solistas: Eugenia Boix, soprano; María Hinojosa, soprano; Gerardo López, tenor y Marc Pujol, bajo.