A petición de un concesionario de la marca de motos Harley-Davidson, el fabricante Irving Schott, una empresa que desde hace años se dedica a la fabricación de prendas de piel, ponía en 1928, en el mercado americano una cazadora de cuero para motoristas a la que bautiza con el nombre de sus puros habanos preferidos, Perfecto. Un diseño de cremalleras y cinturón dotan a la pieza de un excelente sistema de protección contra dos de los elementos más temidos por los conductores de las dos ruedas: El viento y el frío. Unas formas y complementos característicos que la distinguen de otras cazadoras de piel contemporáneas, permaneciendo con pocas variaciones hasta nuestros días.

Las primeras cazadoras salen a la venta en el mercado americano por el precio de 5´50 dólares la unidad convirtiéndose rápidamente en un producto popular entre los motoristas y los clubes de aficionados a las dos ruedas. Habrá que esperar al final de la Segunda Guerra Mundial cuando la pieza adquiera su máxima proyección gracias al cine y su conversión en símbolo juvenil de rebeldía. La figura de Marlon Brando enfundado en una cazadora Perfecto en la película Salvaje (Laszlo Benedek, 1953), una producción de tono moralista que refleja el auge de las bandas juveniles motorizadas en la sociedad americana, sirve de primer gran escaparate mediático. Brando se erige en el icono de esa juventud insumisa que aterroriza los hogares americanos uniformada con chaquetas de cuero y pantalones vaqueros. Otro «rebelde sin causa», James Dean, símbolo de esa juventud desasosegada se convierte también en uno de sus promotores apareciendo en las fotografías con la cazadora conduciendo una motocicleta.

La explosión del rock and roll en la década de los cincuenta conlleva la autonomía de la juventud a la hora de vestir. Los jóvenes americanos promocionan su propia moda. Figuras como Elvis Presley o Gene Vincent o, en un tono más edulcorado, artistas juveniles como Ricky Nelson, Fabian o en Europa, un Johnny Hallyday, constituyen los modelos. La cazadora Perfecto se reviste de un aura de rebeldía como prenda fetiche de los «chicos malos». Su identificación con subculturas como las bandas Los Angeles del Infierno confirman su estatus de pieza «peligrosa». En Europa la primera generación de rockeros la adopta como uniforme de rebeldía. Dos décadas después otra generación insurrecta, el movimiento punk, la volverá a agitar sobre sus cuerpos como prenda icónica.

A principios de los años sesenta la cazadora Perfecto ha entrado a formar parte de la cultura pop. Un joven diseñador Yves Saint-Laurent, el sucesor de Christian Dior, adopta en sus colecciones esta moda de la calle y emblema juvenil. Una «osadía» que será muy mal recibida por parte de determinada crítica. Habrá que esperar todavía unas décadas para que diseñadores como Claude Montana, Jean-Paul Gaultier, Gianni Versace, le den a la pieza un nuevo estilismo devolviéndola a las pasarelas. La entrada de un creador como Hedi Slimane al frente de Saint-Laurent colaborará en este renacimiento de la cazadora de piel como prenda de vanguardia en el recién entrado siglo XXI. Esa «segunda piel» ahora tanto como pieza masculina y femenina que Slimane revitaliza en la figura de iconos del rock.

Si Marlon Brando le había dado su primer empuje como pieza subversiva en la película Salvaje, otro tanto ocurre, ahora como objeto icónico, cuando el músico Bruce Springteen aparece en la portada del disco Born to Run llevando la cazadora mientras se apoya en el hombro de su saxofonista Clarence Clemons. La fotografía del músico realizada por Eric Meola acabará convirtiéndose en una de las imágenes más populares e icónicas del rock. El grupo The Ramones acabarán de confirmar su leyenda apareciendo en la portada de su primer álbum enfundados en chaquetas de cuero negro. La generación punk le daba nuevas energías a la Perfecto. Para su ficha policial Sid Vicious pasará a la eternidad vistiendo la legendaria cazadora.

En 1991 el fotógrafo Peter Lindberg codifica la generación de top models que han arrebatado a las estrellas del cine el protagonismo de las revistas: Cindy Crawford, Linda Evangelista, Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Helena Christensen, todas ellas uniformadas con la cazadora Perfecto por las calles de Nueva York. La cazadora había entrado por la puerta grande del lujo y la moda. Figuras como la pareja Johnny Depp y Kate Moss hacen de ella una prenda habitual en sus apariciones. Unos años después, otra pareja mediática, Kim Kardashian y Kayne West anuncian su matrimonio con el apoyo de la cazadora como soporte publicitario. Para esta nueva temporada, Versace vuelve a hacer de ella uno de sus emblemas de su colección con la ayuda de las modelos Gigi Hadid y Karlie Kloss. La apuesta por una pieza que guarda en su ADN la condición de clásico y la leyenda de mito