Las salas de exposiciones temporales de La Coracha del Museo del Patrimonio Municipal (MUPAM) albergan desde ayer las obras de Francisco González Romero. La exposición Épocas e Itinerarios, fundamentalmente pictórica, reúne por primera vez en Málaga una amplia selección de unas 90 de sus creaciones procedentes, en su mayoría, de la colección personal del propio artista y otras de coleccionistas particulares, abarcando desde el pequeño hasta el gran formato.

«La fuerza vital de González Romero y su constante amor por evolucionar, por seguir aprendiendo y aplicándolo a su pasión que es el arte, le han llevado a tener una amplísima trayectoria y una obra artística del todo coherente y ejemplar siendo poco conocida en Málaga tras pasar tantos años de su vida entre Madrid y Almería, primero como funcionario de diferentes ministerios y más tarde como profesor de Bellas Artes», aseguró ayer Lourdes Jiménez, comisaria de la muestra, que define como «un reencuentro con Málaga».

Francisco González Romero nació en Málaga en 1923. Su producción artística concentra pinturas de temática muy variada, como paisajes, bodegones, tauromaquia y religión, así como murales y arquitectura, que marcan, quizás, el valor más distintivo de su corpus creativo. Una producción, por cierto, de lo más fecunda: recordemos que su primera exposición constaba de nada más y nada menos que 110 cuadros propios.

«Si no estuviera pintando, ya estaría muerto», suele confesar el nonagenario artista, que también escribe libros (hace un par de años lanzó Facultad de Arte y Diseño, en Ediciones Del Genal, sobre el proyecto que coordinó a finales de los 90 cuando Málaga carecía de Facultad de Bellas Artes).