La fuerza del jazz fusión sigue presente en Spyro Gyra y en su guitarrista, Julio Fernández. Nacido en Cuba, lleva años siendo miembro de una banda que se atrevió, desde sus inicios en la década de los 70, a mezclar varios sones y ritmos y defiende esta mezcla como algo natural, no desnaturalizado.

Encantados con el público español, anoche hicieron disfrutar a sus seguidores de Alhaurín de la Torre, cuyo Portón del Jazz ya programó el viernes pasado al portentoso guitarrista Scott Henderson. Las actuaciones de Viktoria Tolstoy y Nono García (con Tito Alcedo) serán las siguientes citas del ciclo.

A medio camino entre el candor cubano y la pasión por la música anglosajona, Fernández asegura que su concepción del jazz puede ser tan protagonista en el siglo XXI como lo fue en el XX.

-Suponemos que le resultará emotivo tocar en España...

-Sí, siempre es algo muy especial. Mis abuelos eran de Galicia y la verdad es que yo, particularmente, siempre me siento como en casa cuando estamos en España.

-A muchos aficionados al jazz no les entusiasma particularmente su música, sus fusiones con el pop, el rhythm and blues y partituras del mundo global.

-Para mí, el jazz es una conjunción de varias músicas, siempre tuvo muchas influencias desde su mismo nacimiento. En los años setenta, cuando comenzó Spyro Gyra, la mezcla sí se acentuó la mezcla de músicas y la experimentación, desde luego, pero nosotros no fuimos los únicos. Pero sí es cierto que los críticos son muy duros con el ´smooth jazz´ y se equivocan.

-¿En qué sentido se equivocan?

-La prueba de que no tienen razón es que a nuestros conciertos viene mucha gente joven, algo que notamos especialmente aquí en España y que quizás no ocurre tanto en Estados Unidos.

-¿Cuáles fueron los referentes musicales de Spyro Gyra?

-Cada miembro de la banda admira a algún artista diferente, por supuesto. Yo, como guitarrista, admiro a mi padre, que también lo era, y a Jimi Hendrix o Carlos Santana, para mí los más grandes, y eso se nota en mi contribución a Spyro Gyra.