Ser mujer, madre, joven y trabajadora con alto puesto son palabras que aún hoy día parecen no casar demasiado. Aunque la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida quiere y lucha por estar de moda hasta con un ministerio que la avala y con gobiernos paritarios con mujeres vicepresidentas del Estado y desempeñando papeles nunca imaginados, como el de la ministra de Defensa, lo cierto es que a la sociedad aún le sigue llamando la atención que los cargos directivos de una empresa lo desarrollen las mujeres, máxime cuando son madres y jóvenes. Algo que para ellas tampoco parece ser fácil. En este reportaje se recogen los testimonios de cuatro mujeres, madres y altos cargos, que confiesan que su condición de féminas aún les pasa factura al tener que demostrar continuamente que son igual de capaces que los hombres, lo que les lleva en muchos casos a trabajar más que ellos, y percibir un sueldo que, en ocasiones, no es igual al del varón aunque desempeñen el mismo puesto. Y es que la realidad es que en Andalucía hay diez veces más directivos varones que mujeres, según un estudio elaborado por el Centro de Estudios Andaluces.

María Gámez Gámez, Delegada del Gobierno Andaluz en Málaga: "Sé que se me cuestiona por mi sexo"

María Gámez Gámez es la delegada del Gobierno Andaluz en Málaga, un puesto que hasta ahora nunca había ocupado una mujer. Tiene 39 años, dos hijos, de 8 y 10 años, está separada desde hace un año y está convencida de que por ser mujer tiene unas condiciones especiales en su trabajo que un hombre no tendría.

"Sé que no me ha costado más llegar a mi puesto por ser mujer, pero también soy consciente de que se me cuestiona por mi sexo; se me observa de forma especial, se plantean cómo lo estaré haciendo como madre y como política, algo que en un hombre, por ser padre, no pasa", dice. "Hay que demostrar más por ser mujer, hay muchos aún que piensan que una mujer joven en un alto cargo es puro maquillaje", comenta. Sale de casa a las 8 de la mañana y vuelve, con suerte, a las 20.30 horas. "Echo de menos tener un tiempo de paz con mis hijos; momentos de tranquilidad interior, no estar con ellos contándoles un cuento y estar escuchando el móvil". Afirma que la mujer de hoy no ha evolucionado tanto de la que vivía hace años en el campo trabajando de sol a sol. "Ahora tenemos otros puestos y más reconocimiento social, pero seguimos trabajando como mulas. Yo, como muchas, a la 1 de la madrugada estoy poniendo lavadoras". Le ayuda saber que está dando ejemplo a sus hijos, y está orgullosa de que su hija diga que su mamá no está porque está haciendo cosas importantes.

Susana Rodríguez González, directora de la oficina de Axa Internacional en Marbella: "Una directiva lleva a sus hijas en la cabeza"

Empezó a trabajar en una compañía de seguros hace 12 años por casualidad. Hoy, a sus 37 años, Susana Rodríguez es la única mujer directora de una Oficina Internacional del segundo grupo asegurador de España, AXA. De ella dependen más de 50 oficinas y, sobre todo sus dos hijas de dos años, Ana y María.

"En mi carrera jamás se me ha tratado de forma diferente por ser mujer, excepto en una ocasión en la que un agente no quería que yo, mujer, le exigiera resultados; pero por ser madre sí noto que tengo que demostrar más disponibilidad que un hombre", asevera. Con un horario laboral que, normalmente, le ocupa 12 horas al día en la calle y algunas horas más en casa, esta ejecutiva afirma que el tener a sus hijas le ha ayudado a entregarse en el trabajo de forma extrema, porque le dan fuerza. "A diferencia del padre directivo, la madre directiva siempre lleva a sus hijas y su casa en la cabeza", dice. Admite ser, por este orden, madre, trabajadora y mujer; lamenta perderse momentos especiales de sus hijas, y asegura que con el trabajo ha perdido el tiempo que antes se dedicaba a ella y a su pareja, porque sus pocos ratos libre son para sus pequeñas. Afirma que no le gusta depender de nadie, ni siquiera de su marido, y por ello trabaja. Además, está convencida de que si tuviera una empresa sus altos cargos serían mujeres porque tienen, dice, mucha más capacidad de organización y sacrificio.