Cinco vehículos y un quiosco de golosinas ardieron ayer pasto de las llamas en la calle Corregidor Antonio de Bobadilla, en la barriada de Los Corazones, como consecuencia de un incendio que se inició en una furgoneta y que se propagó con rapidez al resto de vehículos y a un quiosco que estaba junto a éstos y en cuyo interior había dos personas que resultaron ilesas.

Los hechos ocurrieron sobre las 17.05 horas, cuando una densa columna de humo negro alertó a los vecinos de que una furgoneta estacionada junto al instituto Salvador Rueda había empezado a arder por motivos que se desconocen, según explicaron sobre el terreno agentes de la Policía Nacional, que fueron los primeros en acudir para cortar el tráfico por la citada calle, dada la proximidad de la comisaría provincial.

Las llamas devoraron en un par de minutos todo el habitáculo interior del vehículo y se produjeron las primeras explosiones. El intenso calor afectó a dos turismos estacionados junto al vehículo en llamas y, tras una de las explosiones, la furgoneta comenzó a perder parte de su combustible por un lateral.

El líquido inflamable, ya en llamas, comenzó a deslizarse por la pendiente junto al bordillo de la acera y afectó a otros tres turismos estacionados unos metros más abajo, que quedaron siniestro total. El calor de las llamas causó igualmente daños de consideración en la parte trasera de otro turismo estacionado en perpendicular a los anteriores, en un calle transversal sin salida.

La virulencia del fuego hizo que algunos vecinos trataran de poner a salvo sus vehículos, pero la Policía Local se empleó con contundencia para evitar situaciones de riesgo, dado que se estaban produciendo deflagraciones y era evidente el peligro tanto para los vecinos como para los bomberos y policías que estaban actuando.

Tensión. No obstante, superados los primeros momentos de nerviosismo antes de que los bomberos comenzaran a apagar las llamas, las labores de extinción se llevaron a cabo sin mayores contratiempos. Los bomberos utilizaron una solución espumógena para ahogar el combustible incendiado y agua para apagar el fuego en el quiosco; sobre todo en su parte superior, donde se almacenaba gran cantidad de mercancía y plásticos.

La propietaria del quiosco, Eugenia, contó a La Opinión cómo ella y su hijo pudieron ponerse a salvo gracias al aviso de una vecina. "No nos habíamos enterado de nada. Mi hijo y yo estábamos dentro del quiosco y no nos dimos cuenta de la que se había liado a nuestras espaldas. Gracias a que una vecina nos avisó pudimos ponernos a salvo, si no es por ella no lo hubiéramos contado porque sólo un par de minutos más tarde estaba todo en llamas. Hemos pasado un mal rato pero afortunadamente estamos los dos bien", relató Eugenia, aún presa de un fuerte shock nervioso.

Acelerante. Aunque los bomberos tardaron poco más de diez minutos en controlar la situación y disminuir los distintos focos del incendio, la Policía Local se vio obligada a cortar al tráfico un tramo de la calle en ambas direcciones e incluso fue preciso desviar dos autobuses de la línea 4 de la EMT que tienen su parada junto a los coches incendiados.

Por el momento se desconocen las causas del incendio aunque por la velocidad con la que se extendieron los vecinos sospechan que pudiera haberse utilizado algún tipo de combustible para acelerar la combustión. La Policía Local se ha hecho cargo de las investigaciones para determinar si el fuego se produjo de manera fortuita o a causa de un acto de vandalismo.