La Costa, como otros puntos turísticos del país, ha sufrido las consecuencias del terrorismo de ETA y ha estado castigada por actos violentos, el estallido de bombas, asesinatos, uno consumado y varios en tentativa, y acciones que han generado pánico entre la sociedad. Desde el primer atentado perpetrado en la provincia en el verano de 1979, en aquella ocasión en Marbella, los etarras han ido cometiendo actos terroristas que han tenido como objetivos, sobre todo, enclaves turísticos. A lo largo de casi tres décadas ha atentado en más de una veintena de ocasiones y, sobre todo, ha aprovechado la época estival para cometer sus acciones.

El último atentado en la Costa, ocurrido en la madrugada de ayer en el paseo marítimo de Torremolinos, formaba parte de los planes de la banda para este verano. De hecho, el desarticulado ´comando Vizcaya´ tenía ideada una cadena de actos terroristas en Andalucía. Cabe recordar que una de las integrantes de este grupo, Libe Aguirre, fue arrestada en Fuengirola la pasada semana.

En los años ochenta ETA emprendió una campaña contra intereses turísticos de la provincia. Así, hizo estallar bombas en el Hotel Cervantes de Torremolinos, Andalucía Plaza de Marbella o en una habitación del Málaga Palacio de la capital. Otros objetivos fueron el Don Pepe y Don Carlos de Marbella. En estos atentados algunas personas resultaron heridas, mientras que en otras ocasiones la policía consiguió desactivar a tiempo los artefactos.

Antigua prisión. Uno de los mayores atentados cometidos en la provincia ocurrió en febrero de 1991, cuando los etarras colocaron un coche bomba con 50 kilos de explosivos en la antigua prisión provincial. La explosión causó siete heridos y numerosos daños materiales en edificios.

A mediados de los 90 la banda volvió a atentar en puntos turísticos. En el verano de 1996 explotaron tres bombas, dos en La Malagueta y otra en el Paseo del Parque, y poco después se localizaron otros artefactos en La Rosaleda y los Baños del Carmen.

Al año siguiente se recrudeció la acción terrorista con el intento de asesinato del ex alcalde de Rincón de la Victoria José María Muñoz y el concejal del PP Francisco Robles. Los etarras colocaron sendas bombas en sus vehículos, pero la policía logró desactivarlas gracias al aviso de los vecinos. También en el verano de 1998 la banda intentó atentar contra la ex alcaldesa de Málaga Celia Villalobos, pero se frustró la acción al detectarse antes el vehículo con los explosivos.

Pero, sin duda, el verano más sangriento fue el de 2000, cuando los etarras asesinaron al concejal popular José María Martín Carpena de cuatro disparos, en presencia de su mujer e hija. El crimen se produjo el 15 de julio y, cuatro días después, la banda intentó matar al entonces vicesecretario del PSOE andaluz José Asenjo. Habían instalado una bomba lapa en su coche, pero por fortuna falló la detonación y logró salvar su vida.

Otro atentado grave se produjo en julio de 2001, esta vez en el Aeropuerto de Málaga donde los etarras aparcaron un coche cargado con 50 kilos de explosivos. Una llamada anónima alertó del vehículo bomba y los agentes consiguieron desactivar el artefacto.

En el verano siguiente, la banda reinició su campaña contra enclaves turísticos. Así hizo estallar varias bombas en el Hotel Las Pirámides de Fuengirola, Sultán de Marbella y Tamisa Golf de Mijas. En ninguna de estas acciones hubo que lamentar heridos, pero sí daños materiales. ETA también quiso causar miedo con la explosión de una bomba de escasa potencia en el Paseo del Parque en diciembre de 2004.