Las calles de los polígonos se han convertido en una especie de gran club nocturno donde la prostitución se ha disparado de forma incontrolable. Este fenómeno ha dejado de ser una actividad discreta, amparada en la noche, para ejercerse a todas horas del día y en plena calle. Ya no hay límites y las mujeres sometidas a explotación sexual empiezan a llenar las calles de los principales polígonos de la ciudad, siendo el Guadalhorce el más afectado. Las grandes vías de comunicación de estos recintos se han convertido en sus zonas habituales de trabajo.

La concejala de Bienestar Social, Mariví Romero, reconoció que en los últimos meses se ha detectado un incremento de la prostitución en los polígonos, donde el 90% de las meretrices son de origen extranjero. De hecho, no es raro que las calles estén repartidas según la nacionalidad de las mujeres, siendo las inmigrantes subsaharianas y de los países del Este las mayoritarias.

Romero indicó que, según los datos municipales, la prostitución del Centro se estaba reduciendo en los últimos meses, siguiendo una tendencia contraria a las zonas empresariales.

Sobre el posible control de este fenómeno, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, reconoció que el Ayuntamiento no tiene suficientes recursos para abordar este problema de forma eficaz y reclamó un plan "a nivel nacional para abordar de una manera concreta este planteamiento, de legalizar o no esta actividad y, si se legaliza, ver qué pasa con la prostitución callejera".

Ordenanza. De la Torre se refirió también al proyecto de ordenanza municipal que está estudiando el Ayuntamiento de Málaga desde abril del año pasado. A este respecto, el regidor insistió en que hay que ser precavido: "No quiero que fomentemos esperanzas de que una ordenanza nuestra resuelva el problema", aseveró el regidor malagueño, quien apuntó que "debe haber, por tanto, un reconocimiento a nivel nacional de una respuesta".

Para De la Torre la ordenanza municipal, que está en los servicios jurídicos del Ayuntamiento en plena redacción, no puede sustituir al vacío legislativo que existe a nivel nacional sobre la prostitución. En su opinión, esta carencia dificulta la acción municipal para el control de la prostitución.

De la Torre explicó que en los últimos meses ha pedido que se analizaran las ordenanzas de las ciudades que habían abordado este problema desde el plano de la acción municipal "con más voluntarismo que realismo" y lamentó que los efectos en Barcelona "han sido muy pequeños, por no decir nulos".

El alcalde considera que las acciones municipales son "muy difíciles de desarrollar", aunque indicó que "se ha trabajado, junto con alguna ONG, en ofrecer a las personas que ejercen la prostitución alternativas en el ámbito de trabajo, y se han conseguido algunos resultados".

Problemas. La edil de Bienestar Social reconoció que la elaboración de la ordenanza es muy compleja jurídicamente, por la falta de apoyo legal, y por la intención de multar a los clientes. De hecho, Romero ya aseguró que se impondría el máximo en las multas a los clientes y que podrían rondar los 3.000 euros.